La vida es vida si hay camino,
si hay senderos por andar.
La vida es vida si hay hermanos,
amigos para brindar.
La vida es vida si la tumba
está vacía de verdad;
si la noticia es buena y es en serio
y hay fiesta que festejar.
La vida es vida si la pascua
no es ‘regalo’ y nada más
sino fuerza y esperanza
y razón para luchar
para que otros tengan vida,
¡y vida que celebrar!
Si hasta vale la pena, entonces,
entregarla para sembrar
y para que haya cosecha
de harina para alimentar
a los hambrientos de vida,
a los sedientos de pan
y que la mesa compartida
sea mesa para encontrar
hermanos, hermanas, amigos
con vino bueno y chocar
las copas y los abrazos
que hacen la vida inmortal.
La vida es vida en la Pascua,
es vida que se nos da,
es vida que caminamos
esperando resucitar,
es vida en camino de un pueblo
peregrino hacia un más allá,
que es el acá de los pobres,
que es con los pobres acá,
que es un allá de esperanza,
que es esperar y cantar
una vida resucitada,
un espíritu que se nos da,
una vida, ¡militancia!
una vida para sembrar.
Eduardo de la Serna