San Juan Crisóstomo (347-407) vivió de alimentarse de la Palabra de Dios y con ella alimentó a su Pueblo. Con ella y por ella, denunció la corrupción de los poderosos de su época. Por ella fue desterrado y murió, de camino, maltratado, malcomido y agobiado. ¿Cómo vivimos nosotros? ¿Qué nos alimenta? ¿Con qué alimentamos a otros? ¿Nos jugamos (pero, de verdad) por algo o por Alguien?