Clases de religión, sí, pero no asépticas
Crítica Constructiva
| José María Lorenzo Amelibia
Clases de religión, sí, pero no asépticas
(Heraldo de Aragón)
Para mí es de capital importancia EL MODO de enseñar la religión. Llevo transmitiendo mi fe católica la mayor parte de mi vida: desde mis tiempos de estudiante, a los diecisiete años. He acudido a muchas reuniones diocesanas y nacionales. Me ha dolido muchísimo en estos simposios el hecho de que los organizadores de los mismos propongan las clases de formación religiosa como algo cultural, no catequético, simplemente enseñar ideas de la misma manera que se informa en Historia o Geografía. A pesar de mi protesta continua en estas reuniones, nunca se ha tenido en cuenta mi aportación. Yo lo veo claro y evidente: no se puede "explicar" religión, sin que haya transmisión de fe; sin que el profesor o catequista "explique" los dogmas y la moral desde su convicción profunda cristiana; con el deseo que los alumnos crean, practiquen, vivan esta maravilla de la relación con Dios a través de la única religión verdadera, la católica.
¿Tal vez los dirigentes nacionales de enseñanza religiosa hayan propuesto su idea por exigencia de los políticos? En todo caso se les debiera ver en las reuniones este celo, este deseo de que la fe se extienda por todos los lugares. "¡Ay de mí si no evangelizare!"
Lo veo claro desde mi punto de seguidor de Jesucristo: predicar oportuna e importunamente, como quería San Pablo. No cabe un explicar la religión asépticamente, como las matemáticas. La unción, la convicción profunda, la transmisión vivencial han de acompañar siempre la enseñanza de la religión.
En aquellos que positivamente han hecho opción por la increencia o por otra religión, cabría enseñar el dogma católico de una manera más teórica; para que puedan comprender el arte y cultura en la que están inmersos, cuando ellos expresamente así lo pidan. Mi tesis es la siguiente: la formación religiosa en los colegios es transmisión de fe, y a la vez exigencia de aprendizaje como asignatura. A la hora de calificar no ser severos a fin de que no tomen ojeriza a la religión. Catequesis parroquial: vivir en grupos más reducidos esa fe infundida en el bautismo y transmitida en familia, en la a escuela o en otros lugares y con otros medios.
Es necesario la elección prudente de los profesores de religión. Y un sacerdote secularizado puede ser tan idóneo, e incluso en ocasiones más, que cualquier otro que esté en ejercicio. Porque hay integristas que al sacerdote secularizado lo consideran como a un Judas. Lo importante es la vivencia de la fe; el celo por transmitir la verdad. No podemos generalizar, y por el hecho de que un sacerdote haya pedido dispensa de la ley del celibato para contraer matrimonio, colgarle de por vida el sambenito para que no pueda transmitir su fe. Sí; existen secularizados indignos, como también los hay dentro de la clerecía.
No se puede explicar bien la religión sin que hay transmisión de fe.
José María Lorenzo Amelibia
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