¿Existe la segunda vocación dentro de las personas?
Oservación
| José María Lorenzo Amelibia
¿Existe la segunda vocación dentro de las personas?
Vocaciones distintas (Significados)
Absurdo que una persona con cualidades de arquitecto se contente con ejercer de peón de albañil durante toda su vida. Absurdo que una religiosa con cualidades de misionera de vanguardia permanezca su vida entera fregando platos y sin pisar tierras lejanas. Y no ignoro el caso de Santa Teresa de Lisieux, patrona de las misiones. Para ella era su vocación: no olvidemos que murió joven y era de salud endeble. Pero si a Javier, en virtud de obediencia, le hubieran ordenado de por vida cuidar el jardín de un colegio, ¿hubiese sido lo mismo para el Reino de Dios? Creo que hemos de dar el NO más rotundo. Sin duda la vida su vida toda hubiera estado más descentrada; quizás, si, hubiera llegado a la misma altura en santidad; pero la Iglesia hubiese salido perdiendo. Y tampoco ignoro el dogma de la Comunión de los Santos.
Cuando Dios da unas aptitudes o inclinación para un determinado cargo o ministerio, es presunción de que desea que se ejercite. Lo exige la bondad de Dios y el bien de la Iglesia. Se trata de un principio fundamental endiente. No exige demostración.
El mismo método que se sigue en el problema de la primera vocación, ha de seguirse también respecto a la segunda. (Aquí entendiendo por primera vocación el sacerdocio o vida religiosa. Segunda vocación, cargo oficio, responsabilidad, ministerio dentro del sacerdote o vida religiosa). Ante todo, el deber de ofrecimiento personal del sujeto que se siente atraído y con cualidades para ella. Después la aceptación por parte del superior para colocar a esta persona en aquel determinado puesto o lugar.
Quien dirige la comunidad o diócesis se encuentra ante un problema muy delicado y trascendental: examinar una a una la vocación de sus colaboradores. Ante todo, ha de guiarse por las personas que exponen su tendencia y aptitudes. Conocerlas a fondo por sí mismo. Si comprueba que se trata de una verdadera vocación - recta intención y cualidades - debe procurar a todo trance darle la posibilidad y facilidad para que pueda ejercitarla. Así se conseguirá que trabajando a gusto y centrado, la Iglesia vaya prosperando.
Dificultad especial implica el examen de vocación halagüeñas. Aquí puede actuar con facilidad la ilusión del candidato. Si para el cargo hubiese varios solicitantes, conviene elegir al mejor. A los otros darles lo que más se parezca a su real vocación.
José María Lorenzo Amelibia. Hacia el año 1963
Someter a sufragio universal la segunda vocación sería siempre muy expuesto. El pueblo, aunque sea clerical, se deja llevar con facilidad de simpatías y antipatías. También idoliza a ciertas personas y las hace servir para todo. La democracia no puede crear vocaciones; ni siquiera descubrirlas. Dios da sus dones y carismas según quiere, y no pone de suyo en las masas el sentido de buscarlas.
Cuando se trata de cargos cuando para los cuales no es normal surjan voluntarios por lo ingrato de los mismos, parece lógico repartir la carga entre todos durante tiempo breve.
Creo que es hora de eliminar el criterio de que para superior hay que elegir al que nunca lo ha deseado. También existe la vocación de superior; y no creo que sea el modo de hallarla mirar quién es el que menos lo desea. Lo único que se logra con ello es tener unos superiores quizás ineptos; descentrados en su puesto; deseosos de terminar su mandato. En algunos casos puede degenerar en enfermedad mental.
Insisto en que el ofrecimiento personal es necesario e incluso un deber para quien se siente con vocación. No supone soberbia, aunque a veces quepa la alucinación. Incluso puede haber una gran dosis de humildad en quien va con pureza de intención, sobre todo en ambientes en que la recomendación y el arribismo están a la orden del día.
Ardua y difícil la responsabilidad de los superiores, porque el que obedece no se equivoca, así lo dicen los ascetas, pero puede errar hasta el fondo quien manda.
José María Lorenzo Amelibia
(Publicado en Incunable en junio de 1967. Lo reprodujo el periódico mejicano "Criterio de Ciudad de Juárez", con mi firma). Cuarenta y un años más tarde, cuando lo transcribo me parece ideal e idealista, pero irrealizable dada la fragilidad humana en relación con acaparar puestos de poder. 16 junio 2008)
Crítica Constructiva
José María Lorenzo Amelibia
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