Valores que enriquecen en el atardecer de la vida

Terminaba el artículo anterior preguntando: además de los valores personales: ¿más valores-clave, presentes en el atardecer de la vida? Sí, porque cuando la persona vive en comunidad (familiar o cívica), o quizás es creyente, cristiano y católico, es muy posible que en su pasado le motivaran otros valores que enriquecieron su personalidad tanto los comunitarios como los religiosos. Destacamos como más universales:

-Valores comunitarios
La persona que vive en una comunidad, sea la familiar, la religiosa, política, nacional o internacional le pueden atraer algunos o varios de los valores comunitarios. Así, por ejemplo:
-la familia: el bienestar, la salud y seguridad de todos sus miembros y de otros seres queridos;
-el Pueblo y la Nación. La defensa del bien común y la colaboración en su progreso. Amor coherente hacia la Patria-Nación, a quien se ama y de la que uno se siente orgulloso. Bien sea la ciudad donde nació-vivió. O la grande, regional o nacional.
-los derechos y deberes humanos. Trabajar y luchar para que todo ser humano tenga una vida digna de tal nombre;
-la solidaridad y la ayuda concreta. Para los necesitados, pobres, enfermos y cuantas personas reclamen el auxilio por una necesidad.
-el mundo humanizado. Colaborar por-en la humanización del mundo en las áreas de la verdad, justicia, libertad, paz, y el amor entre personas, clases sociales, naciones y continentes;
-la buena convivencia: toda persona desea vivir y convivir en paz, justicia, libertad, fraternidad y amor.

Valores de los creyentes
Además de aceptar cualquiera de los valores de toda persona, los creyentes de cada religión tienen los suyos propios. Existen unos cuantos que pueden ser compartidos por todos. Por ejemplo:
-las creencias religiosas fruto del impulso religioso y de las revelaciones. Son el puente que une con Dios, Tú absoluto, y cuya formulación es diferente según la religión profesada;
-los ritos religiosos: el culto y sobre todo la relación de amistad con Dios, fuente de fortaleza;
-el Dios personal como Absoluto digno de ser respetado y amado, y de quien se espera su ayuda;
-el libro revelado como lo es la Biblia, Palabra de Dios contenida en el Antiguo y en el Nuevo Testamento;
-la religión como estructura que incluye creencias, culto y las normas de conducta;
-los preceptos, expresión de la “mística religiosa”, camino para la salvación y normativa para la vida. Ellos caracterizan a una determinada religión;
-la comunidad religiosa, la grande universal y la pequeña local pero siempre lugar-ámbito donde se comparten ritos, experiencias y compromisos religiosos;
-la expansión y defensa de la religión: el deseo y la colaboración para que personas extrañas la abracen y para que nadie falte a sus derechos.
-la salvación personal y comunitaria, como paso de esta vida al más allá de la muerte con el encuentro feliz y definitivo con Dios.

Valores de los cristianos todos.
Los bautizados y seguidores de Jesús en cualquiera de las confesiones cristianas, abrazan los valores de toda persona y de todo creyente. Pero tienen, además, valores propios tales como:
-el Nuevo testamento que ilumina, guía, consuela y fortalece para la personalización de los individuos y la humanización del mundo;
-Jesucristo admirado y amado por quien es, por su testimonio, por lo que consiguió, por lo que concede y por su presencia hoy día;
-el Reino de Dios, proyecto de Jesús para la salvación del hombre y humanización del mundo mediante la verdad, libertad, justicia, paz, vida, gracia y amor;
-la fe, esperanza y caridad, virtudes por las que el bautizado se adhiere a Cristo como seguidor, le ama en el prójimo y con Él camina hacia la casa del Padre;
-la Virgen María, persona y valor excepcional para la mayoría de los cristianos, por su maternidad divina, la cooperación en la obra redentora, su constante intercesión ante Dios, y por el “SÍ” que dio en la Encarnación prolongado en su vida y culminado al pié de la cruz.
Y los valores de los católicos
Los miembros de la Iglesia católica añaden a su compromiso como personas, creyentes y cristianos, los valores que les distinguen:
-la Iglesia vivida en comunión. El católico es el bautizado que se une a Cristo dentro de la estructura visible de la Iglesia por la profesión de fe, la obediencia a su doctrina, la recepción de los sacramentos, la aceptación del régimen eclesiástico y el enfoque comunitario que da a su vida cristiana;
-Cristo presente en los sacramentos a quien el cristiano responde en las diferentes llamadas. En especial en la reconciliación con Dios en el sacramento de la penitencia y en la vivencia del su misterio pascual en la Eucaristía;
-el culto litúrgico, propio para adorar, alabar, dar gracias, reparar y ofrecerse a Dios Padre por Cristo en unión con el Espíritu Santo;
-la evangelización como corresponsable en la difusión de la fe. Se impone vivir el sentido comunitario de la salvación colaborando en la evangelización.
-los santos por su amor a Dios, la práctica coherente del Evangelio, vida de oración y la caridad con el prójimo.
De todo el arco-iris de valores-clave, elegimos unos cuantos entre los más significativos. Tema para los próximos capítulos dirigidos a los del atardecer entre los 65 y 75 años, “gozosa etapa de la jubilación. Para ellos, claro. Porque la mujer, como abuela, esposa y madre de familia no se jubila.
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