David Montenegro: "Orar por el Papa en la plaza de San Pedro cada noche te permite tenerlo cerca" De Chile a Roma, pasando por Barcelona, para ser voluntario del Jubileo: “Es una experiencia única”

David Montenegro
David Montenegro Flama

Montenegro ha dedicado estas últimas cinco semanas a “servir a la Iglesia” en turnos diarios de seis horas

Para el profesor, a pesar de que la ausencia física del Papa “ha aguado las expectativas” de muchos peregrinos que, desde hacía meses, esperaban encontrarse con él en alguna de sus audiencias, la oportunidad de rogar por el obispo de Roma cada noche desde la plaza de San Pedro permite sentirlo cerca

(Flama).- Un ejército de hombres y mujeres, de varias procedencias y edades, y fácilmente identificables por su indumentaria de color verde, llena casi todos los rincones del Vaticano durante este Jubileo por un motivo determinado, ser voluntarios y voluntarias de esta gran celebración de la Iglesia católica.

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Mientras que un reducido grupo de ellos y ellas desarrollará esta función durante todo del Año Santo, otros voluntarios como el chileno David Montenegro (San Felipe de Aconcagua, 1988) han pasado —o pasarán— durante varios periodos a lo largo del año jubilar para participar en un acontecimiento del cual “es difícil no llevarse un sentimiento renovado de paz y de esperanza”, como dice, después de volver a casa, este profesor de religión.

Después de inscribirse en marzo de 2024 mediante un aval, firmado por un clérigo, que demostrara “una actividad regular en alguna iglesia determinada”, señala en referencia al requisito que se necesita para poder ser voluntario en el Jubileo, Montenegro ha dedicado estas últimas cinco semanas a “servir a la Iglesia” en turnos diarios de seis horas. “Esto —afirma— me ha permitido regresar a mi país con la experiencia de haber conocido católicos de todo el mundo que, como voluntarios o peregrinos, estaban en Roma para un hecho histórico”.

David con otros voluntarios
David con otros voluntarios Flama

Pero antes de volver a su país y de repetir un vuelo de doce horas como el que ya lo llevó a Roma en dos ocasiones previamente, Montenegro quiso pasar por el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, por Madrid y por Barcelona, donde pudo continuar su particular peregrinaje visitando otros dos templos jubilares como son la basílica de la Sagrada Familia y la de la Mercè. “Volveré pronto a Roma, puesto que estoy invitado a disfrutar de la clausura jubilar”, añade.

“La diversidad cultural es un elemento destacado”

En los 500 metros de longitud de la Via della Conciliazione, por donde las procesiones para llegar hasta la basílica de San Pedro son constantes en cada momento del día, este chileno se encargó de acompañar a centenares de grupos de peregrinos procedentes de todos los continentes para poder atravesar la Puerta Santa. “Esto, precisamente, me llamó mucho la atención y me impresionó”, remarca en alusión a una diversidad cultural que también se refleja en los equipos de voluntarios que están presentes: “Hay de todo el mundo e, incluso, conocí a un matrimonio que participó en el Jubileo del año 2000”, destaca Montenegro.

Para el profesor, a pesar de que la ausencia física del Papa “ha aguado las expectativas” de muchos peregrinos que, desde hacía meses, esperaban encontrarse con él en alguna de sus audiencias, la oportunidad de rogar por el obispo de Roma cada noche desde la plaza de San Pedro permite sentirlo cerca. “De este modo, es como si su esencia estuviera presente”, reconoce.

David Montenegro, con un grupo de peregrinos
David Montenegro, con un grupo de peregrinos Flama

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