La delegada-presidenta de Manos Unidas en Barcelona, ante la Campaña contra el Hambre Mireia Angerri: "828 millones de personas pasan hambre hoy en el mundo"
En vísperas del arranque oficial de la Campaña contra el Hambre en el mundo, la delegada-presidenta de Manos Unidas en Barcelona, Mireia Angerri, ha advertido de la importancia de contribuir a la cooperación internacional, con aportaciones económicas u otras vías, ya que "828 millones de personas pasan hambre hoy en el mundo"
"No hacemos trabajo asistencial, no hacemos caridad", ha destacado Angerri, que también ha subrayado que trabajan con socios que están directamente en el territorio, a los que nutren de apoyo y de recursos económicos para que puedan desarrollar los proyectos y conseguir lo que necesiten
| RD/EFE
En vísperas del arranque oficial de la Campaña contra el Hambre en el mundo, la delegada-presidenta de Manos Unidas en Barcelona, Mireia Angerri, ha advertido de la importancia de contribuir a la cooperación internacional, con aportaciones económicas u otras vías, ya que "828 millones de personas pasan hambre hoy en el mundo".
"No hacemos trabajo asistencial, no hacemos caridad", ha destacado Angerri en entrevista con EFE, que también ha subrayado que trabajan con socios que están directamente en el territorio, a los que nutren de apoyo y de recursos económicos para que puedan desarrollar los proyectos y conseguir lo que necesiten.
"Empoderar a las mujeres"
"Dedicamos proyectos exclusivamente a empoderar a las mujeres", ha señalado Angerri, que también ha explicado que la lacra de la violencia machista se multiplica en países subdesarrollados, lo que hace necesario impulsar proyectos "que las ayuden a independizarse".
La organización de cooperación al desarrollo cuenta en la actualidad con 72 delegaciones ubicadas en toda España y no tiene oficinas fuera del territorio español, salvo alguna excepción puntual requerida por el trabajo con organismos oficiales.
"No damos pescado, enseñamos a pescar"
La ONGD de la Iglesia católica lleva a cabo 500 proyectos de cooperación al desarrollo en más de 50 países, la mayoría en África, Asia y América Latina, que inciden en áreas tan diversas como la salud, la educación, la agricultura o los derechos de las mujeres: "No damos pescado, enseñamos a pescar".
Angerri ha explicado que, cuando les presentan un proyecto, estudian su viabilidad y a partir de aquí comienzan a trabajar, como cuando ayudaron a una escuela de Formación Profesional en Uganda impulsada por el Padre Sergi, monje Benedictino de Montserrat y misionero, que les pidió su colaboración.
La delegada de la ONGD en Barcelona ha explicado que la escuela sufría cortes constantes de luz: "necesitan hacer funcionar todas las máquinas, y se encuentran con que no tienen energía", algo que imposibilitaba incluso que pudieran realizar los exámenes estatales y completar su proceso formativo. "Detectando esto, les ayudamos a construir dos generadores de energía, y ahora están encantados porque tienen una cosa que a nosotros nos parece básica, que encienden la máquina y funciona", ha señalado Angerri.
5.000 voluntarios, pero "necesitamos más"
Aunque Manos Unidas cuenta con 5.000 voluntarios y 150 personas en plantilla, Angerri ha animado a la gente a involucrarse: "Siempre necesitamos más".
La entidad recaudó el pasado 2022 alrededor de 50 millones de euros, y Angerri espera que la cuantía se mantenga, "aunque las cifras indican que vamos subiendo, poco a poco".
El terremoto de Turquía y Siria
Sobre la catástrofe del terremoto que ha afectado a Turquía y a Siria, con miles de muertos y heridos, Angerri ha explicado que, aunque Manos Unidas no se dedica habitualmente a la atención en casos de emergencias, los socios locales con los que desarrollan proyectos les han pedido ayuda.
La delegada de Manos Unidas en Barcelona, que ha recordado que solo tienen presencia en Siria puesto que únicamente trabajan en países subdesarrollados, ha señalado que los proyectos ordinarios que tienen en el territorio están paralizados, y que han comenzado a ayudar a sus socios locales para afrontar la catástrofe.
Angerri ha puesto como ejemplo que los Maristas Azules, con los que trabajan, les dijeron que estaban "viviendo un horror", que tenían acogidas a más de 700 personas, alrededor de un centenar de familias, y que necesitaban con urgencia comida y mantas, puesto que en la zona de Siria afectada estaba haciendo mucho frío.
"Lo más efectivo es que les ayudemos rápidamente, porque son nuestros socios, les conocemos y les queremos", ha señalado Angerri.