El obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño sustituye a Carlos Escribano, arzobispo de Zaragoza Santos Montoya, nuevo consiliario de Manos Unidas
Monseñor Santos Montoya, obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, ha sido nombrado nuevo consiliario de Manos Unidas en la reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, celebrada el 27 y 28 de junio en Madrid. Santos Montoya sustituye en el cargo a monseñor Carlos Escribano, arzobispo de Zaragoza, que ha ejercido como consiliario de la organización desde febrero de 2015
(Manos Unidas).- Monseñor Santos Montoya, obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, ha sido nombrado nuevo consiliario de Manos Unidas en la reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, celebrada el 27 y 28 de junio en Madrid. Santos Montoya sustituye en el cargo a monseñor Carlos Escribano, arzobispo de Zaragoza, que ha ejercido como consiliario de la organización desde febrero de 2015.
Monseñor Montoya nació en 1966 en La Solana, Ciudad Real. Fue nombrado obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño el 12 de enero de 2022. Sus antecesores fueron el actual arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano, y, anteriormente, el cardenal Juan José Omella, que ejercieron, ambos, como consiliarios de Manos Unidas.
Monseñor Montoya se licenció en Ciencias Químicas por la Universidad Autónoma en 1990 y, con 34 años, fue ordenado sacerdote. En 2012 se licenció en Teología Dogmática por la Universidad Eclesiástica San Dámaso y en 2020 obtuvo un máster en Discernimiento Vocacional en la Universidad Pontificia Comillas.
El 29 de diciembre de 2017 se hizo público su nombramiento como obispo auxiliar de Madrid, asignándole la sede titular de Orta (Horta, Horten-sis), provincia proconsular que tenía como sede metropolitana a Cartagena. Recibió la ordenación episcopal el 17 de febrero de 2018. En la Conferencia Episcopal Española es miembro de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida.
Bienvenida y agradecida despedida
Desde Manos Unidas damos la bienvenida a don Santos como nuevo consiliario de la Organización, convencidos de que su labor y su consejo serán fundamentales para llevar a cabo nuestra labor de lucha contra el hambre y la pobreza.
Y despedimos con el máximo agradecimiento a monseñor Escribano, quien, durante ocho años, ha acompañado nuestro quehacer diario y nuestra peocupación por las personas más empobrecidas y vulnerables. Y lo hacemos recordando sus palabras, publicadas en la última Memoria de Manos Unidas. «Los pobres están en el centro de nuestro trabajo. Ellos son las periferias del Señor. Por ellos merece la pena llevar adelante tanto trabajo y hacerlo siempre lo mejor posible...».
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