"Aquí se da una segunda oportunidad a la ropa y, sobre todo, a las personas" La moda reciclada llega a Reus de la mano de Cáritas Diocesana: "Es un trampolín para salir de la pobreza"

La apertura de una tienda de ropa, con precios asequibles para toda la población y en medio de una calle de afluencia de peatones, genera una expectación —como mínimo, inicialmente— que, en Reus, así como en otras ciudades catalanas como Badalona, Mataró, Balaguer o Tarragona, no es una excepción. Así, vecinos y vecinas de diversas condiciones sociales y económicas acceden estos días, en la capital del Baix Camp, al nuevo establecimiento de moda reutilizada que, como en otros puntos de España, ha implantado la delegación territorial de Cáritas en esta demarcación con el apoyo de una empresa privada de inserción laboral, en este caso Arada, creada por esta organización diocesana y la fundación Formació i Treball en el año 2021.

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"Antes no compraba ropa de segunda mano, pero he cambiado de opinión al ver que, haciéndolo, puedo beneficiar a personas como Cristina", señala una clienta en referencia a una de las tres trabajadoras que han firmado un contrato para acceder al mundo laboral, pese a haberlo intentado previamente con sus propios medios. Su opinión se extiende entre la clientela, a pesar de que en muchos casos no se sepa que se trata de una tienda con objetivos concretos: "Aquí, como en las más de 130 tiendas de Moda Re-, se da una segunda oportunidad a la ropa y, sobre todo, a las personas", dice la gerente de Arada, Idoia Jiménez.

En una calle donde son numerosas las marcas comerciales que publicitariamente hacen sombra a esta red sociolaboral dedicada a "potenciar un tipo de comercio que tenga una vertiente más sostenible", como afirma Jiménez, el establecimiento es el último eslabón de una cadena que comienza en los contenedores donde se tiran las prendas que ya no se quieren. "Después, pasan por un filtro en otra empresa, en Sabadell; así, lo que no se puede revender se aprovecha para otros usos, como la creación de ropa nueva", dice la gerente. Otras prendas se reciben —sin haberse vendido antes— desde empresas que lideran el sector textil.

Una vez en la tienda, su equipo humano pone precio a cada prenda y coge el timón de una plataforma comercial que en un futuro se quiere acercar, también, a las personas sin hogar. "Estamos trabajando para poder cubrir sus necesidades", mantiene Idoia Jiménez mientras la puerta de la tienda se abre continuamente y se convierte, así, en un escaparate de productos de primera necesidad y en el acceso a un trampolín para salir de la pobreza.