"Es en medio de las mantas deshechas sin sentido, de hecho, donde la anunciación puede suceder por sorpresa" Medianoche

Luciérnaga
Luciérnaga

"Reza con el ejercicio de medianoche", me dijo el director espiritual. Yo estaba en Milford, Ohio, haciendo un mes de Ejercicios Espirituales. Mi habitación estaba en la planta baja. Y en la planta baja había luciérnagas. Delante de mi ventana tenía un prado interminable de pequeñas linternas, que acompañaban la noche con su sonido constante e intermitente.

Hoy en día todos pensamos en la medianoche, pero él se refería a "en mitad de la noche": a las 3 de la madrugada, a las 4 de la mañana. A esa hora las luciérnagas están dormidas, y tu despertar es tan oscuro como la oscuridad. Cuando te has dormido, despertarse para rezar es difícil. Al fin y al cabo, el Señor habla en sueños, me dije. Pero no, el consejo espiritual era claro: rezar cuando tu mente está en otra parte y tal vez soñando, pero tus piernas y tus pies son movidos por tu cerebro. Y es entonces cuando descubres que hay una apertura en ti, justo cuando bajas la guardia despierto y no estás preparado. Es en medio de las mantas deshechas sin sentido, de hecho, donde la anunciación puede suceder por sorpresa.

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