Presenta renuncia canónica al Papa Francisco Mons. Raúl Vera López: “Yo no busqué problemas”
Expone en transmisión en redes sociales aspectos de su vida episcopal
“No soy experto en teología de la liberación”, afirma.
“Seguiré en la función de santificar en los sacramentos”
Recuerda al obispo Samuel Ruiz como un hombre “integrado al espíritu del Concilio”
“Seguiré en la función de santificar en los sacramentos”
Recuerda al obispo Samuel Ruiz como un hombre “integrado al espíritu del Concilio”
| Guillermo Gazanini Espinoza
En un conversatorio difundido en las redes sociales del obispado de Saltillo este 1 de junio, Mons. Raúl Vera López, respondió a preguntas del público en torno a la presentación de su renuncia canónica misma que envío al Santo Padre al iniciar este mes. Explicando el sentido de esta obligación canónica, Vera fue cuestionado por diversas personas y fue oportunidad para explicar algunos aspectos de su vida episcopal.
El obispo nacido en Guanajuato cumplirá 75 años el 21 de junio y señaló que, aunque pase a la condición de emérito, seguirá en las funciones de santificar a través de la dispensa de los sacramentos, “tengo todas las facultades para celebrar…” al dejar el ejercicio de su encargo, no le preocupa saber a dónde va, pero indicó que estaría dispuesto a servir donde sea, aun con los frailes dominicos obedeciendo al Papa.
Hizo un repaso de los principales problemas que afrontó en los 32 años de vida episcopal. Su primera diócesis fue la de Ciudad Altamirano en la que luchó por la unidad dell clero. En Chiapas, debió enfrentar las “guerras sucias” entre grupos, como lo fue en el conflicto zapatista donde apoyó al desaparecido obispo Samuel Ruiz en el diálogo y las mediaciones de paz. Recordó a los paramilitares sostenidos por el Ejército y trajo a la memoria “la masacre de Acteal (donde) salió todo, el Ejército estaba armando a los paramilitares…” Recordó a don Samuel Ruiz como un obispo “totalmente integrado al espíritu del Concilio Vaticano II… Eso fue para mi una riqueza y a me dio mucha seguridad trabajar con él”.
A pregunta expresa sobre si el obispo escribiría un libro sobre su participación política, explicó que fue más bien el amor al prójimo el que le impulsó a trabajar por los derechos humanos. Y abundó: “No soy experto en teología de la liberación, pero el Evangelio libera… seguiré en la línea para provocar un cambio en la sociedad, por supuesto que sí”.
En referencia a sus relaciones con los gobernadores de Coahuila, Vera López aseguró haber buscado siempre el diálogo. “De mi parte, yo no busqué problemas”. Al exponer los cambios en la diócesis de Saltillo, no dudó en afirmar que la atención a migrantes fue de lo más significativo. “Otro cambio fue la conformación de un Centro de Derechos Humanos… y que hoy está dedicado a los desaparecidos…” Más adelante dijo que la mejor herencia a sus sacerdotes es dejarlos fortalecidos, organizados y no tener una pastoral enclenque porque eso “retarda el Reino de los Cielos y que haya justicia en la sociedad… creo que esto ha caminado, con trabajo, pero esto ha caminado”.
Una parte significativa del conversatorio fue cuando a pregunta expresa, Mons. Vera respondió que ninguna lucha emprendida ha sido fácil. Entrar al Concilio Vaticano II no es fácil por el clericalismo “que nos hace ver nuestro sacerdocio como un privilegio, nos hace ver… como un poder… y eso retarda mucho las cosas y complica la participación de los laicos…”
En la parte final de esta sesión de preguntas y respuestas que se prolongó por casi una hora, Fr. Raúl Vera López externó que el “pueblo de Dios le ha dado muchas satisfacciones… Siento que no he sido suficientemente generoso, pero servirle al pueblo de Dios es lo más hermoso que ha pasado en mi vida… No hay otra manera de ser obispo: si no atendemos a las víctimas, a los necesitados, no hay manera. No hay que olvidar que vamos a llegar al cielo y el Señor nos va a preguntar, ‘Tuve hambre, ¿Me diste de comer?’ ‘Tuve sed, ¿Me diste de beber?’, estaba desnudo, ¿Me vestiste?’… El Santo Padre lo dice, lo más importante del Evangelio son los pobres. Si hacemos una evangelización de espaldas al pobre, no la vamos a hacer al final de nuestra vida…”
Y al resumir las diversas misiones en las que sirvió simplemente concluyó: “Soy un afortunado... gracias a ustedes he podido caminar pastoralmente. Muchas gracias, he aprendido mucho de ustedes"