¡Qué Dios te bendiga y nos bendiga a todos! Francisco: Gracias, muchas gracias
Algo que valoro mucho del Papa Francisco es que nos ha animado a ponernos en camino, a vivir junto a Jesús y según su estilo, pobre y humilde, siempre cerca de sus predilectos; tendiendo puentes, denunciando las injusticias, buscando la paz, acogiendo desde la misericordia, e impulsando procesos sinodales como una gran familia en misión.
Francisco ha sabido leer de un modo especial el signo de los tiempos que vivimos con nuestras hermanas y hermanos migrantes, abriendo las puertas, siendo tienda de campaña, acercándonos a la gran riqueza que las personas migrantes aportan a la Iglesia y a nuestras sociedades.
| Alberto Ares director del Servicio Jesuita a Refugiados - JRS Europe
Nuestra vida como cristianos se enraíza y alimenta en nuestro encuentro con Jesús. Somos llamados o nos sentimos personas cristianas en la medida que somos seguidoras de Jesús, con su estilo y modo de ser.
En el evangelio de San Juan (1,35-42), los discípulos le preguntan por el sentido de la vida. «Maestro, ¿dónde vives?» Por su pregunta, no quieren que les dé una respuesta de libro, ni que les dé una buena conversación. Quieren aprender de Jesús un modo diferente de vivir. Quieren vivir como él. Por eso, le preguntan: «Maestro, ¿dónde vives?»
Jesús les responde directamente: «Venid y lo veréis». Les invita a hacer ellos mismos la experiencia. No busquéis información en Wikipedia, o por lo que otros dicen en la parada del bus. Venid a vivir conmigo y descubriréis cómo vivo yo, desde dónde oriento mi vida, a quiénes me dedico, por qué vivo así, con quién comparto la mesa y quienes son mis amigos.
Algo que valoro mucho del Papa Francisco es que nos ha animado a ponernos en camino, a vivir junto a Jesús y según su estilo, pobre y humilde, siempre cerca de sus predilectos, igual que una madre quiere de corazón a todos sus hijos, pero atiende de una manera especial a aquellos que necesitan más de su atención y cuidados.
En estos tiempos complejos, el Papa Francisco ha seguido leyendo los signos de los tiempos, ayudando a la Iglesia en ese sendero de caminar junto a Jesús pobre y humilde, tendiendo puentes, denunciando las injusticias, buscando la paz, acogiendo desde la misericordia, e impulsando procesos sinodales como una gran familia en misión.
Francisco ha sabido leer de un modo especial el signo de los tiempos que vivimos con nuestras hermanas y hermanos migrantes, abriendo las puertas, siendo tienda de campaña, acercándonos a la gran riqueza que las personas migrantes aportan a la Iglesia y a nuestras sociedades. Acoger, proteger, promover e integrar son ya cuatro verbos, cuatro guías que iluminan nuestro caminar.
Cuando se estudia la Historia de la Iglesia, vemos como cada Papa ha ido guiando a la Iglesia según los designios del Espíritu Santo, desde el contexto que le ha tocado vivir a la Iglesia, escuchando los signos de los tiempos.
Yo no me considero seguidor de ningún papa, tampoco del Papa Francisco. Intento ser seguidor de Jesús, y en ese seguimiento me considero un hermano más que bajo su guía, en este caso la del Papa Francisco, camino a su lado y junto a una gran familia hacia un Reino de amor, justicia y paz.
Estoy muy agradecido por el servicio que los papas hacen en la Iglesia, y en estos tiempos sigo orando, como nos invita el Papa Francisco, para que el Espíritu siga insuflando su aliento de Vida en él, y continúe en la misión que ha recibido con entusiasmo y alegría.
Santo Padre, Papa, pastor, hermano, Francisco: Gracias, muchas gracias. ¡Qué Dios te bendiga y nos bendiga a todos!
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