Carta a Willy Toledo

En cualquier lugar del mundo civilizado, se cuida la educación y el respeto a los demás, a sus ideas y a sus creencias. Ésa es la base de toda democracia. Pero, a juzgar por las declaraciones, no irrespetuosas sino zafias y maleducadas, del actor o titiritero Willy Toledo, la democracia es para él un juego. O, tal vez, no ha viajado mucho por el mundo y está todavía en la aldea troglodita. Expresiones que son irrepetibles para mí porque no quiero parecerme ni lo más mínimo a un sujeto como ése. He llegado a pensar que lo que le pasa a este señor tan respetable es que no tiene altura artística y necesita promocionarse de cualquier manera, aunque sea desde la fase anal, que dice Freud que la superamos muy pronto, a los cuatro años.
Pero Willy Toledo aun anda por ahí porque esta fase se caracteriza por una obsesión por la defecación y las heces, que es justo en lo que se ha recreado este aprendiz de actor a la hora de hablar de Dios y de la virgen del Pilar. Curiosamente esta fase está también ligada a un cierto sadomasoquismo con los cual el diagnóstico no puede ser más certero. No ha superado la fase anal de su evolución libidinal y por tanto hemos de ser profundamente comprensivos con él. A lo más, recomendarle un buen psiquiatra que lo ponga a tono; si es en Venezuela, mucho mejor porque allí se sentirá mucho más cómodo y, si se descuida, a lo mejor le pagan.
¡Oxigénate, amigo! Tómate unos vinos con tus amigos por el barrio de Lavapiés; ¡estás muy estresado, colega! Respira hondo y deja de decir tonterías, que eso no tiene ningún mérito y lo puede hacer un escolar de la ESO. ¿Crees que vas a llegar muy lejos así? Vas a llegar a la esquina de la vulgaridad, a donde llega cualquiera, sea o no actor. Por cierto, hay muchos allí recostados sobre la esquina de lo superficial esperándote. ¡Demasiados! Es que la fase anal se ha puesto de moda, en grafitis, en basura por las calles y los campos, en palabras malsonantes y burdas, en la boca de muchos políticos…
Si además, has decidido no presentarte ante el juez, que te cita por delitos contra los sentimientos de los creyentes, has dado en la diana democrática. Eres un tío muy legal, que era lo que te faltaba.
Bueno, Willli, perdón Willy, que es más castizo, cuando quieras nos tomamos un vino y hablamos. Yo invito, por si aún no te ha llegado el sobre de Venezuela porque allí, lo sabemos todos, “hay más libertades que en España”
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