#sentipensares Credo de una mujer

Credo de una mujer
Credo de una mujer

Frente al altar sagrado, el Cosmos entero, evoco al Dios del ENCUENTRO y de los encuentros que me sigue interpelando y convocando a asumir y encarnar lo rumiado en mi experiencia de mujer creyente. Y rezo un credo personal que suelto aquí y ahora para que sea colectivo. Creo en la apertura a lo diverso en colores, melodías, tradiciones y rituales, no para cambiar quién soy y en qué creo, sino para enriquecer mi existencia junto a la experiencia de otras y otros.

Creo en la hospitalidad asumida en palabras, gestos y acciones cotidianas de acogida a los demás, donde vaya despojada de prejuicios y valoraciones negativas hacia el sentir, pensar, creer distintos a los míos.

Creo en la contemplación agradecida por la vida en todas sus formas y con la certeza de que Dios habita allí y ve "que todo es muy bueno".

Creo en el despojo de la intolerancia, el odio y los fundamentalismos que provocan rechazo a las "otras verdades" que se enuncian desde otros credos y formas de vivir la espiritualidad.

Creo en la sorpresa, el asombro y la escucha activa frente a la novedad que cada persona quiere compartir.

Creo en la confianza en las propias raíces de la fe que se arraiga a una Historia entramada con otras historias.

Creo en el disfrute de la danza pascual que abre paso a la vida nueva que sigue convocando a la fraternidad y que sana toda herida de desigualdad, de intolerancia, de agresión por lo diverso.

Creo en la esperanza y el compromiso activo frente a ese legado común que nos llama a vivir en armonía para ser testimonio fecundo de la Comunión: "Sean uno para que el mundo crea."

Creo en la conciencia de las decisiones que a diario deben tomarse en favor del diálogo como puente que nos permita reconocernos unas a otras, cara a cara, voz a voz y caminando juntas y juntos.

Creo en la única y feliz certeza de saber que Dios es Amor y si hemos de responder a él debemos hacerlo desde el amor traducido en servicio, solidaridad, respeto, alegría, amistad que nos haga ver en los demás a nuestras hermanas y nuestros hermanos.

Creo en lo que nos sana, libera, desestructurada en nuestro ser y hacer como mujeres de fe.

Creo en la voz y las voces de mujeres que denuncian, cuestionan, claman por sus derechos y sus lugares en todos los ámbitos.

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