#sentipensares Reflexión sobre el evangelio de Lucas 6,12-19
| Yolanda Olivera Alberca
Evangelio de Lucas 6,12-19
El Evangelio, comienza diciendo que “Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios.” En el encuentro personal e íntimo con su padre, experimenta paz interior o consolación y se da cuenta que no puede estar sólo. Necesita de una comunidad de compañeros y compañeras con quienes compartir el proyecto de misión que su padre le encomendó. Por ello, llamó a los 12 discípulos y aunque en el evangelio sólo menciona los nombres de algunos hombres, pero sabemos que tuvo discípulas mujeres, como María Magdalena, Cleofás, Martha y María, entre otras. Esto se percibe en otros pasajes de los evangelios.
Reflexionar en este texto, nos lleva a pensar en las relaciones interpersonales que se construyeron entre los doce con Jesús. De hecho, como en cualquier grupo quiero creer que se presentaron algunas dificultades, ya que, cada integrante tenía su historia personal, sus heridas y carencias sin resolver, sus deseos, sus sueños y su personalidad.
En cualquier relación humana corta, mediana o larga aparecen las envidias, los celos, las competencias, los rencores, las preferencias y los prejuicios. Además, seguro que cada uno, se esforzó por dar lo mejor de sí. Buscando la comunión, el encuentro, la celebración y el perdón, como en cualquier comunidad o grupo humano, con la diferencia que Jesús es quien les motivada y sostenía. ¿Cómo son tus relaciones con los demás? ¿Qué dificultades encuentras en tu comunidad o en tu grupo al cual perteneces? ¿Qué crees que tienes que seguir integrando?
El que motiva nuestra vocación tiene que ser Jesucristo, él nos sigue invitando a caminar con él, a estar con él, junto con nuestros hermanos y hermanas. Cada día, nos llama a vivir en constante conversión personal, comunitaria e institucional. Teniendo la mística de los ojos abiertos, la capacidad de diálogo y escucha sensible para ser fuente de vida ante cualquier adversidad y respuesta agresiva que podamos recibir de nuestros hermanos.
Así como, llamó a los apóstoles, nos sigue llamando a ser luz y sal. A arriesgarnos a crear relaciones maduras. Siendo mujeres comprometidas con las actitudes y estilo humanizador de Jesús de Nazareth. Donde en toda su actividad pastoral, buscó visibilizar a los más vulnerables y excluidos.
Finalmente, los discípulos abrazaron y se comprometieron con la misión humanizadora de Jesús. ¿Tú te sientes parte de está misión? ¿A qué te invita hoy Jesús a vivir? Estamos llamadas a abrazar los boquetes de la Ruah Divina, para seguir construyendo la comunión, el encuentro, la reconciliación y la sinodalidad junto con nuestros hermanos y hermanas. Hoy Jesús nos dice, como a los discípulos, Ven colabora conmigo. La respuesta nuestra debe ser ¡Aquí estoy, cuenta conmigo!
Yolanda Olivera Alberca- FMMDP