#Sentipensares 2025 TIEMPO ORDINARIO
| Martha Eugenia (Mujer Mariposa)
El ser humano necesita de parámetros que delimiten su actuar para ubicarse en el cronos y la Iglesia Cristiana Católica lo hace dividiendo un año o ciclo litúrgico en cinco tiempos para adentrarse en la historia de la Salvación.
Con la festividad del Bautismo de Jesús comienza el denominado Ordinario que a su vez comprende dos periodos, uno corto hasta el inicio de la Cuaresma y el más largo comprendiendo desde el término del tiempo Pascual, hasta su culminación con la celebración de Cristo Rey del Universo.
Cabe preguntarse qué tiene de ORDINARIO (común, regular y que sucede habitualmente) la vida de Jesús. A lo largo de la Historia humana aun los no cristianos, reconocen lo peculiar, lo extraordinario de su actuar. Entonces es importante reflexionar en los hechos y dichos de Jesús expuestos en este tiempo Ordinario.
Cuando hace muchos años estudiaba Teología, uno de mis profesores comentó que para las mujeres y los hombres de nuestro tiempo era más fácil reconocer la divinidad de Jesús que su naturaleza humana, mientras que en su tiempo los que lo conocieron o trataron les fue más fácil identificar su naturaleza humana que la divina. Por la sencilla razón de que el conocimiento del ser humano es percibido sensorialmente, y la gente lo vio, lo olió, lo tocó y lo escuchó. Todos los demás cristianos católicos que a partir de sus enseñanzas creemos en Él después de su muerte, es a partir de la fe que tenemos ese encuentro personal, reforzado por la Eucaristía y los demás sacramentos.
Imagina a Jesús regañado por su mamá María, MUJER sensible, inteligente, intrépida y amorosa como muchas mamás, educando a su muchachito en los valores que consideraba esenciales para ser un hombre bueno. Ahora imaginemos a José su papá, tomando de la mano a su travesura llevándolo a la sinagoga para que aprendiera lo que la ley Mosaica les pedía necesitaban saber y ejercer como cualquier varón judío.
Jesús como todo niño varón de su cultura tenía obligaciones y de acuerdo a las costumbres hasta los cinco años estaba bajo la dirección directa de su mamá para luego a partir de ahí pasar a la tutoría paterna. Esa era la forma cotidiana de educación en las familias judías de su tiempo.
Muchos hemos leído en los textos apócrifos que realizó acciones extraordinarias de niño o en lo que hoy llamaríamos adolescencia. No obstante, la reflexión invita a cuestionarse, si Él es verdadero Dios y verdadero Hombre, entonces como hombre también tuvo un proceso gradual de aprendizaje y madurez emocional, mental y física que fueron paulatinas para poner expresarse tanto en su vida ordinaria como en acciones milagrosas. Porque hay que recordar que Él fue descubriendo y creciendo en esa relación íntima con la Madre/Padre Dios de manera natural, ocasionando que también creciera en la fe. Piensa que Jesús lo experimentó como cuando has tenido una epifanía y te has sentido plena, pleno de la presencia de Dios. Son momentos cimbreantes que dejan huella imborrable. Por lo que para poder vivir estos instantes conscientemente es indispensable una preparación en la fe y en el conocimiento de Dios.
Luego miremos a Jesús en el templo, era un jovencito adolescente, aunque hay que recordar que en ese entonces no existía el término, pero si muchos de los comportamientos de su edad son afines a cualquier otro muchachito de su misma edad, aunque con el tinte propio de su cultura. Ahí estaba Jesús, debatiendo, cuestionando y también aprendiendo entre los doctores de la ley. Hay que recordar que “Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres” es una frase que aparece en la Biblia, en el Evangelio de Lucas 2:52
Nos dice: crecía de la misma forma que cualquier ser humano lo hace si tiene los medios adecuados. Nos muestra su desarrollo personal y desde el punto de vista teológico su crecimiento divino. ¿Por tanto dónde está lo ORDINARIO en estas circunstancias? Todo esto fue una etapa de preparación para su ministerio y aún durante éste, siguió creciendo hasta su muerte.
En esto reside mucho de la grandeza de Jesús como hombre, es decir que de acuerdo a su crecimiento humano, fue normando su humanidad para realizar lo que la Madre/Padre celestial le iba revelando y pidiendo, es decir obedeció hasta una muerte en la cruz. Una vez más en todo lo anterior dónde está lo ORDINARIO, desde nuestra conceptualización del término. Lo que veo son hechos extraordinarios en forma continua y creciente. Para ello observar los MILAGROS que realiza. Se nos dice en Jn 21, 25 "que si se escribieran todos los hechos sorprendentes que realizó no alcanzarían los libros por escribir". Podríamos decir que su vida fue una continua realización de acciones extraordinarias que iban a la par en el crecimiento de su conocimiento y puesta en práctica de su ser divino y humano.