#LectioDivinaFeminista Estaba ahí la profetisa Ana: Mis ojos han visto al Salvador

Estaba ahí la profetisa Ana:  Mis ojos han visto al Salvador
Estaba ahí la profetisa Ana: Mis ojos han visto al Salvador

Lc 2,22-40

                 1. Lectura (Lectio):

Después de encontrar un lugar adecuado e invocar la asistencia de la Ruah divina, que nos impulse al encuentro con Dios en su palabra y al compromiso con nuestros hermanos en la acción, vamos a adentrarnos en el texto:

¿Qué dice el texto?

El pasaje de Lc 2,22-40, está dividido en cuatro momentos que encajan perfectamente, formando una unidad. Pero también, podríamos contemplarlos por separado, veamos:

a)Lc 2,22-24: Y, cuando llegó el día de su purificación, de acuerdo con la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, como manda la ley del Señor: Todo primogénito varón será consagrado al Señor; además ofrecieron el sacrificio que manda la ley del Señor: un par de tórtolas o dos pichones.

b)Lc 2,25-35: Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre honrado y piadoso, que esperaba la liberación de Israel y se guiaba por el Espíritu Santo. Le había comunicado el Espíritu Santo que no moriría sin antes haber visto al Mesías del Señor. Conducido, por el mismo Espíritu, se dirigió al templo.

Cuando los padres introducían al niño Jesús para cumplir con él lo mandado en la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: Ahora, Señor, según tu palabra, puedes dejar que tu sirviente muera en paz porque mis ojos han visto a tu salvación, que has dispuesto ante todos los pueblos como luz para iluminar a los paganos y como gloria de tu pueblo Israel.

El padre y la madre estaban admirados de lo que decía acerca del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, la madre: —Mira, este niño está colocado de modo que todos en Israel o caigan o se levanten; será signo de contradicción 35 y así se manifestarán claramente los pensamientos de todos. En cuanto a ti, una espada te atravesará el corazón.

c) Lc 2, 36-38: Estaba allí la profetisa Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era de edad avanzada, casada en su juventud había vivido con su marido siete años, desde entonces había permanecido viuda y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del templo, sirviendo noche y día con oraciones y ayunos. Se presentó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a cuantos esperaban la liberación de Jerusalén.

d)Lc 2, 39-40: Cumplidos todos los preceptos de la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y el favor de Dios lo acompañaba.

 2.Meditación (Meditatio):

Hemos recorrido el texto, descubriendo los detalles, deteniéndonos en los personajes y saboreando el mensaje. Continuando con la propuesta del texto por partes vamos a dialogar sobre ¿Qué me dice el texto?

a) Lc 2,22-24: Estos versículos iniciales nos hablan de la familia de Jesús y su fidelidad a las tradiciones y a la ley. Dejando en claro la naturaleza humilde de la misma.

b) Lc 2,25-35: Continuando con el relato, vamos a ver tres momentos en torno a Simeón, donde el protagonista es el Espíritu Santo, quien lo conduce al templo, donde se dan los otros dos momentos, la proclamación del cántico y el anunció a María de lo que será este niño. Por otro lado leemos la sentencia profética de Simeón a María: “una espada te atravesará el alma, a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.” Según la tradición exegeta, María simboliza al pueblo de Israel, a quien ha sido revelado Dios mismo a través de Jesús. La imagen dolorosa que supone el atravesar el alma con un objeto cortante, es la ruptura entre la imagen mesiánica de fama y gloria que esperaba el pueblo, romper el estereotipo de un libertador grande y poderoso, por la propuesta de entrega y servicio que dará Jesús. Es entender que el modo sencillo y pobre de Jesús romperá los anhelos de grandeza e imposición, por el cambio de vida de verdadera fe: amor, cuidado, entrega e inclusión.

c) Lc 2,36-38: Y llega Ana, la profetisa, es maravilloso, como el hagiógrafo en tan pocos versículos, logra decir tanto de ella, si seguimos en texto, tendremos:

  • Que es profetisa: A lo largo del A.T. figuras como: Débora, Hulda o Miriam nos muestran que las mujeres aún en una cultura bíblica patriarcal fueron reconocidas por su relación directa con Dios, su sabiduría y su capacidad de liderazgo. Resignificarlas implica reconocer su voz profética y su impacto en la comunidad.
  • Edad avanzada: haciendo referencia al favor de Dios, que en el A.T. se reflejaba en la sabiduría de los años.
  • Casada durante siete años: una mujer con proyecto de vida, que según el significado bíblico del número siete, había llegado a su plenitud.
  • Viuda: Experimentaba la realidad de las mujeres de su época, donde al perder el marido, pasa a ser uno de los grupos más marginados de Israel.
  • Tenía ochenta y cuatro años: llama la atención ¿por qué se hace tanto énfasis en su edad? Recordemos que el número 84 es un número compuesto por la multiplicación de 12x7 donde el 7 simboliza la plenitud y el 12 la armonía, siendo la interpretación de una profetisa cuya vida ha alcanzado estos dones por voluntad del Padre.
  • No se apartaba del templo, sirviendo noche y día con oraciones y ayunos: Cuando se habla del servicio el griego λατρεύω también traduce ministrar, podríamos pensar que Ana, cumplía labores dentro del culto del templo.
  • Se presentó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a cuantos esperaban la liberación de Jerusalén: Con todos estos detalles, sobre Ana, se contempla en ella mucho más que una anciana, tal vez iletrada o relegada y tímida, ella está empoderada, se nota que habla con autoridad y que es escuchada. Creo que en ella está representada la labor titánica de tantas mujeres, que en muchos casos pasan desapercibidas, por no detenernos a contemplar los detalles.

d)Lc 2,39-40: Regresamos a Jesús y su familia y lo que aquí encontramos es un proyecto de vida, pues donde todo parece transcurrir en la cotidianidad de la aldea de Galilea, está creciendo algo nuevo.

Está lectura permite relacionar a y d, que giran en torno a Jesús y su familia, mientras que b y c, hacen énfasis en Simeón y Ana, que, por su avanzada edad, parecen despedir una época y dar con gozo la bienvenida a la novedad de Jesús y su familia, representado en la inocencia de este niño, que día a día va a transformar la historia.

             3. Oración (Oratio):

Bendito seas, Señor, Dios Padre/Madre que desde tu infinita misericordia nos has regalado a tu hijo como presencia viva de tu amor. Ayúdanos a crecer como a él, en sabiduría y en tu favor que siempre nos acompaña. Permite que crezcamos en alma y espíritu para favor tuyo, de las mujeres y hombres que nos necesiten. María, madre de nuestro Salvador, inspira nuestro día a día, ayúdanos a confiar, como tú, en el plan divino de nuestro Señor.

Amén.

4Contemplación (Contemplatio):

Imagina a María y José entrando al templo con el niño Jesús en brazos. Observa a Simeón y Ana, dos ancianos llenos de fe, reconociendo en ese niño al Salvador. Contempla la mirada de María, llena de asombro y quizás de una incomprensión silenciosa del futuro que le espera. Reflexiona sobre cómo al igual que María, enfrentamos incertidumbres y desafíos, pidámosle a Dios confianza y guardar en nuestro corazón las promesas de esperanza.

           5) Acción (Actio):

Que a cada una y cada uno de nosotros, el favor de Dios nos acompañe y nos lleve a comprometernos con nuevas causas, actuando con sabiduría y fortalecidos en su amor.

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