Adviento: Camino de esperanza y compromiso
Si esto lo tenemos claro, tenemos que ser capaces de saber encontrar a Jesús en el mundo en el que vivimos, no en el de la utopía de lo que nos gustaría que fuese. Es aquí, ahora, donde tenemos que saber trabajar la liberación. En medio del sufrimiento, junto a las personas a quienes se les ha sido arrebatado el rostro, a quienes tienen por techo las estrellas, o viven en campos de refugiados, ahí, donde parece que su voz es el silencio, donde parece que todo es imposible y ya no hay solución llegando a pensar que ha fracasado, es ahí, donde nuestro Adviento tiene que llevarnos a la esperanza, a la confianza, porque solo desde ahí, nuestra historia tendrá un nuevo sentido invitándonos a estar atentos.
Empecemos por los que tenemos más cerca, por quienes nos tienden la mano cada día pidiendo ser escuchados, pidiendo una palabra de aliento, y desde ellos, desde nuestra realidad, desde nuestras limitaciones, tenemos que ser capaces de vaciarnos de nosotros, porque el Adviento es eso, es pobreza, es limitación, pero también es saber empezar algo nuevo aceptando la muerte de lo viejo, de esas angustias e inseguridades causadas por el abuso del poder, la falta de pan, de trabajo o frustración…
En este Adviento se me invita a hacer presente a Dios a través de mi vida y mis palabras porque cada uno de nosotros tenemos que conseguir ser Adviento para los demás.