ELLA...

Noche oscura, lluvia fina, el otoño comienza a atisbarse poco a poco, ELLA cansada de vivir. 20 años, finos tacones, minifalda vaquera, top rojo intenso haciendo juego con sus labios intensos, camina sola bajo la lluvia después de una intensa jornada. No sabe a donde va, solo desea caminar. No ha dormido, pero tampoco se siente cansada, aún tiene la pestaña “puesta”. Hoy no se encuentra mal, sueña cómo le gustaría ser, pero no le quedan fuerzas para preocuparse por nada.
Siente que el mundo está a sus pies, hoy nadie puede hacerle ya más daño, no más daño…
Sonríe porque sus ojos se han cansado de llorar. Por una vez se siente mujer, mujer valiente, con decisión propia y dispuesta a romper con todas las barreras que le han sido impuestas. Esta noche necesita pisar con fuerza, solo se oye su caminar firme y seguro en el pavimento mojado de la noche oscura. Hoy está convencida de que su vida no es ni será jamás un fracaso porque nadie más le va hacer daño. Puede que la noche sea fría y larga pero ELLA lo va a conseguir…
Ha descubierto que el miedo se puede romper, que tiene unos valores… se siente segura, no más noches, no más tacones… quiere volar alto, despertar de esta pesadilla en la que ha sido involucrada. Ha escapado de la cárcel, ahora es libre, ¡vuela alto y no descanses alta alcanzar la cima!... la vida es más que la noche, el bolso o los tacones.
Ojalá hubieran muchas mujeres que pudieran escapar de esa cárcel de la que han sido sometidas.
Si existen personas como ELLA es porque hay quien está dispuesto a pagar sus servicios.
No juzguemos a quien menos culpa tiene y empecemos a poner de nuestra parte para que no haya más mujeres como ELLA.
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