Seguro que en más de una ocasión te has visto caminando a penas sin darte cuenta en medio del silencio, de la oscuridad, del dolor, sólo hacen falta casi décimas de segundo para pasar de un estado a otro…cada paso que has dado en esta dirección, ha supuesto un gran esfuerzo para ti, pero no te has quedado ahí, has querido seguir caminando, anhelando la luz o la calma que antes te envolvía…
Solo si has pasado por ello, podrás apreciar en todos sus matices la quietud. Si has sido capaz de superar las duras condiciones adversas que la vida te ha puesto en tu camino, estarás algo más preparado para afrontar tantas causas que te irán llevando a la soledad y silencio de quien más necesitas. Pero estas piedras del camino, son necesarias para dar el salto, para poder sentir que no estás sol@, para corroborar de quien te fías y que
siempre, tras la tormenta hay un rayo de sol, por lo tanto, no te rindas, no te dejes abatir ante las dificultades, sigue adelante porque hay
Alguien que te sostiene, que te lleva de la mano y que cuando más decaído estás, más fuertemente te tiene agarrado…
En la vida, este desierto es necesario recorrerlo para llegar al oasis. No sólo crecemos exteriormente, el interior también es necesario alimentarlo y por ello, siempre hay que dar gracias, aunque en ocasiones sea desgarrador…
sigue adelante, no permitas que la dificultad te obligue a parar en mitad del camino.