Hoy me cuesta compartir…

| Ana Bou
Amig@s que compartís conmigo este minuto.
Tengo que deciros que ésta es una de las semanas en las que me he puesto delante de un papel en blanco sabiendo que tenía y quería escribir para no faltar a mi encuentro con vosotr@s; pero después de un tiempo sigo sin saber qué deciros…
Siempre he intentado hablar desde el corazón acerca de acontecimientos, sentimientos vividos o compartidos de personas muy cercanas; pero ahora mi mente y mi corazón solo están con tantos niños llorando, asustados, sin entender lo que está pasando, acurrucados y escondidos en las estaciones de metro de Ucrania.
Me resistía a hablar de esto porque hay muchos que lo hacen aquí y muchísimo mejor que yo; pero soy incapaz de hablaros de otra cosa… Pienso en el silencio de la noche cuando tú y yo descansamos en una cama tranquilos y nuestros pequeños duermen felices, sin que nada perturbe su feliz descanso. Pero Dios mío, ¡cuantos niños en ese momento están aterrorizados, sin nada ni nadie que les pueda calmar por el aterrador sonido de las bombas o aviones sobrevolando casi a ras de suelo!… No dejo de preguntarme: ¿de verdad que nadie es capaz de parar esto? ¿Todo un mundo entero no va a poder con un loco que no tiene nombre? No entiendo nada… ¿Tan poco valen las vidas, el dolor de las personas?... Yo siempre digo que cuando los que tienen en sus manos la llave de hacer un mundo diferente y no lo hacen es porque prevalece el dios dinero por encima de todo, porque no son sus hijos, sus pequeños, con nombre y apellido… Nos hemos acostumbrado a los números y así todo es más sencillo, permite que no tengamos cargo de conciencia…
Quizá los que vivieron, o mejor, sufrieron una segunda guerra mundial, ya no están o se olvidaron, aunque no creo que eso pueda olvidarse jamás…
Por favor, que alguien pare esto...