Amig@s que compartís conmigo este minuto. Hoy me preguntaba si en algún momento de nuestra agitada vida, hemos hecho el ejercicio de pararnos por un momento y echar la vista atrás. Revisar nuestra vida, recordar personas, situación, que hemos vivido, aquellas que nos han dejado una huella difícil de borrar y otras, quizá una cicatriz que costará curar…

Según vamos cumpliendo años, nuestro libro de la vida se va escribiendo. Vamos añadiendo una página nueva cada día que de vez en cuando tendríamos que volver a releer para ver en qué persona me he convertido. Como soy, como era, quienes son las personas que de verdad merecen la pena que sigan en nuestra vidas y quienes deberían ya de formar parte del pasado, nombres, acontecimientos, etc… pero siempre con esperanza, tratando de reconducir aquello en lo que hemos fallado para poder volver a ponernos en camino, sin renunciar a nuestro pasado porque forma parte de nosotros. Siendo capaces de aceptarlo, es lo que nos ayudará a ser más fuertes, a aprender de los errores y seguir adelante.

Pedro Casaldaliga decía algo así como: “al final de mi vida, lo único que me van a preguntar es como he vivido y lo único que tendré que hacer es abrir mi corazón lleno de nombres”

Demos gracias a Dios por todo lo que hemos vivido, sea bueno o malo porque todo nos conforma como personas. Forma parte de nuestra vida, de ese libro que vamos escribiendo mientras vivimos e ir aprendiendo mientras tengamos oportunidad…