¡Siente la vida!

Cuando uno se siente vivo y percibe que la vida fluye por sus venas, que hay fuerza, energía, esperanza, proyectos, etc… vive de forma diferente, aunque siempre exista alguien que le guste más permanecer en el pasado que ya conoce, al cual ya acomodado se siente confortado… algo que no es positivo ni bueno, porque no nos ayuda a crecer como personas.
Cada día llenamos nuestra vida de encuentros diferentes, gestos o sentimientos. Nada es igual que ayer, aunque lo parezca. No existe la rutina, a pesar de que lo veas así. La vida no es estática. Cada momento es único e irrepetible, ¡no lo olvides!, vívelo y siéntelo como tal, porque lo que no puedas llevar a cabo hoy, quizá tampoco lo hagas mañana. El mañana “no existe”, el ayer, ya pasó… Cuentas con el “ahora”, este justo momento en que estás leyendo este compartir. Por supuesto, no dejaremos de trabajar por un futuro, porque el mañana dependerá del hoy, pero tampoco invirtamos toda nuestra energía en ello, olvidándonos de vivir el presente.
No dejemos de ser y crecer en cada instante, de superarnos, porque la vida se construye minuto a minuto. Como decía nuestro querido y entrañable Antonio Machado: “caminante no hay camino, se hace camino al andar…” y ese camino nadie lo puede recorrer en mi lugar.
Sería una pena aferrarnos a un solo acontecimiento de la vida como si todo estuviese acabado.
Hagamos el esfuerzo de pararnos en algún momento. Quizá nos cueste por miedo a lo que podamos encontrarnos, pero merece la pena intentarlo y descubrir como cambia nuestra vida. Heridas que se han ido cerrando, descubro mis éxitos y fracasos, de los que he aprendido, los acojo como tal, los asumo y trabajo sobre ellos…
Intentémoslo al menos unos minutos, descubrir en qué he cambiado, o qué me falta por cambiar, en qué he madurado y qué tengo que trabajar. Si hacemos la prueba, seguro que nos espera más de una sorpresa y quizá incluso buena…
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