Una de las tradiciones más bonitas y esperada por los niños es la noche de Reyes. Esa noche, también los mayores se llenan de ilusiones y esperanzas.
Los tres Reyes Magos llegan con todo su séquito montados en sus camellos o grandes y espectaculares carrozas llenas de luces y colorido.
La mirada y el asombro de los más pequeños, en esos momentos es única e irrepetible…
Ellos son los verdaderos protagonistas, sus miradas y corazón son limpios y sinceros.
Los sabios de Oriente supieron seguir la estrella que les conducía hasta el portal. Lo hicieron con incertidumbre como nuestros pequeños, al verlo se postraron a sus pies y le adoraron ¡sus deseos se habían hecho realidad!
Yo quiero pedirle este año a sus majestades, que por un día todos los niños del mundo, de oriente a occidente, de norte a sur, puedan abrir sus preciosos ojos y asombrados tener un presente…
Dejemos que se escuchen sus voces, nos piden un mundo nuevo en todos los sentidos ¿tan difícil es intentarlo?
Que por un día dejen de ser niños machacados por la pobreza o guerra porque es injusto que siempre sean ellos los que sigan pagando las locuras de los mayores…