¡Ya empiezan las prisas!

Todos los que vivimos en grandes ciudades vemos cada día decenas de personas moviéndose sin parar de un sitio para otro… andenes de trenes abarrotados, gente corriendo de un lugar a otro, autobuses que no llegan a su hora con el consiguiente enfado de sus usuarios, pero ¿qué es lo que nos pasa, hacia dónde vamos?
En este mundo tan lleno de prisas es muy común huir, evadirse o directamente salir corriendo pero ¿cómo? Hay quien siempre se sitúa en el mismo lugar: ¡mejor no complicarse la vida!, quedarse como están y no arriesgarse, también hay otro tipo de personas a las que todo les da igual, mejor no atarse a nada o a nadie y para no pensar, qué mejor que ir siempre corriendo, no disponer de tiempo… otro tipo de personas son las que deciden vivir sabiendo que las prisas forman parte de la vida diaria, pero no son el centro de su vida. Saben abrir los ojos, dispuestos aprender, a mirar, comprometiéndose con las realidades que nos rodean… y ante esto, mi pregunta es: ¿dónde me sitúo yo?, si es que me sitúo… ¿con quienes me siento más identificada/o?
Las prisas tienen el peligro de alejarnos de lo que verdaderamente merecen la pena, llegando incluso a perder de vista su verdadero sentido: VIVIR SABIENDO MIRAR.
Volver arriba