Ante el stress al que estamos sometidos es importante saber encontrar espacios que nos permitan sentir, pensar, respirar, gozar de la amistad o la libertad.
La vida unificada y plena no se consigue desde el exterior con las circunstancias externas que me sean favorables. Ese ser pleno, unificado y feliz está en mí, por lo tanto, no busquemos fuera lo que tenemos ya dentro, solo hay que saber ser conscientes.
El desear esos espacios ya es algo importante. Aprender a hacer silencio, pensar en positivo, para ser capaces de llegar a la mayor plenitud posible y felicidad. También, sabiendo acoger las dificultades que la vida se encarga de ponernos por delante, descubriendo su lado positivo y práctico que siempre lo hay.
Ser consecuente con mis gestos, movimientos, mirada, o tono de voz que utilizo… ellos son auténticamente la transparencia del corazón.
Recordemos la famosa frase: “el rostro es el espejo del alma”
La vida siempre es un regalo que se nos concede cada día, por lo tanto, aprendamos a dar gracias por ella y, vivámosla con la mayor plenitud, alegría y felicidad posibles, porque si estamos aquí en este preciso momento, es por algo. ¿No crees?