La humildad es el sólido fundamento de todas las virtudes (Confucio)
| Ana Bou
Pensando un poco esta semana que podía compartir con vosotros, cayó en mis manos un artículo cuyo título era “el libro de la historia”. Me llamó la atención porque relataba cómo era la sociedad china hace siglos y de ahí, es de donde he sacado el titulo que da pie a estas palabras.
Me hizo pensar durante un buen tiempo sobre ésta virtud de la que parece que cada vez se carece más, porque “no se lleva”. Se nos invita a fomentar la arrogancia, el orgullo, todo aquello que dé poder, que me haga sentir el centro de todo… sin embargo, la humildad es saber reconocer y aceptar nuestros límites. Ser yo por encima del que dirán y sin necesidad de parecer lo que no soy para que los demás me acepten y quieran.
No es bueno aparentar que lo sabemos todo, que el mundo tiene que girar en torno a mí, eso sería auto engañarnos y no nos conduce a ningún sitio. No ganamos nada con creernos superiores o infalibles, porque con el tiempo, lo que habremos ganado, será la soledad. Sin embargo, la humildad siempre nos hace estar en camino. Acordaos de la famosa frase del gran filosofo Sócrates: “solo sé, que no sé nada”. Todos estamos en constante aprendizaje, y para entender esto, es importante darse cuenta que la vida es un constante aprendizaje, que no nacemos sabiendo y quien no pueda entender esto, quien no esté abierto a la vida, a dejarse sorprender por ella cada día, acabará con el tiempo, alagándose sus oídos a sí mismo. Porque personas así, tarde o temprano, se encuentran cara a cara consigo mismas, “con la horma de su zapato”. Estoy convencida que con el paso del tiempo la vida pone a cada uno en su sitio.
No seamos como nuestros políticos, que todo es justificable con tal de no asumir nuestros errores. Aun estamos a tiempo de bajarnos de ese pedestal del que llevamos tanto tiempo subidos y dejar de ser como el otro quiere que seas o como tu quieres que te vean los demás para empezar a ser yo mism@…