Un santo para cada día: 24 de enero San Francisco de Sales (El Santo de la dulzura, patrón de los periodistas católicos)
Doctor de la Iglesia desde 1877. Patrono de los periodistas, autores cristianos y de los medios de comunicación en general. Es el santo de la mansedumbre, la dulzura y la humildad. Incansable luchador contra las doctrinas contrarias a la Iglesia Católica que existieron en su época: calvinistas, hugonotes o jansenistas
| Francisca Abad Martín
Doctor de la Iglesia desde 1877. Patrono de los periodistas, autores cristianos y de los medios de comunicación en general. Es el santo de la mansedumbre, la dulzura y la humildad. Incansable luchador contra las doctrinas contrarias a la Iglesia Católica que existieron en su época: calvinistas, hugonotes o jansenistas.
Saboyano de pura cepa, los ojos de Francisco se abren a la luz en el chateau de Thorens, rodeado de las montañas alpinas, en el lugar donde se encuentra un estrecho valle a unos 20 Km. de la localidad de Annecy (Francia). La suntuosa mansión fue comprada a mediados del siglo XVI por la noble familia de Sales. El nacimiento del primogénito de la familia tuvo lugar el 21 de agosto de 1567. Fue hijo de Francisco de Nouvelles y Francisca de Sionaz, señores de Boisy, siendo bautizado al día siguiente de nacer a quien se le impuso el nombre de Francisco por San Francisco de Asís. Los primeros estudios los realiza en el colegio de los jesuitas de La Roche y Annecy, entre 1573 y 1577. A los 10 años recibe la Primera Comunión y poco después la Confirmación.
Realizados sus primeros estudios viajará a París para estudiar en su Universidad Humanidades, obteniendo el Doctorado en Derecho Civil y Canónico. Después va a Padua a estudiar Teología, donde consigue el Doctorado en dicha materia. El 18 de diciembre de 1593 será ordenado sacerdote e inmediatamente se convierte en canónigo de Annecy. A partir de este momento comienza a desplegar toda su labor de apostolado, combatiendo todas aquellas doctrinas contrarias a la Iglesia Católica, que invadían por entonces el territorio francés. No menos penosa fue la lucha que tuvo que librar en su interior. Francisco de Sales pasa por ser el santo de la dulzura y la afabilidad, lo que no todo el mundo sabe es que por naturaleza era de carácter irascible, que tuvo que ir doblegando de forma heroica, de ello da fe el hecho de que por debajo del tablero de su escritorio aparece la madera arañada, lo cual da muestra de hasta cuanto tenía que hacerse violencia para no dejarse arrastrar por su ira. Tuvo que pasar también por un oscuro calvario, plagado de dudas. Durante un tiempo estuvo abrumado por el angustioso problema de la predestinación, cayendo en una depresión que le llevó a expresarse en estos términos: “Si por un decreto de vuestra Providencia, que no puedo comprender, Dios mío, debo ser separado de Vos, al menos no permitáis que alguna vez os maldiga y blasfeme contra Vos. Y si no puedo amaros en la otra vida, puesto que nadie os alaba en el infierno, que al menos aproveche yo, para amaros, todos los momentos de mi propia existencia aquí abajo”.
En 1599 es nombrado obispo auxiliar de Ginebra, con derecho a sucesión y el 8 de diciembre de 1602, ante el fallecimiento de monseñor Granier, queda ya como obispo titular de Ginebra, pero nunca pudo ocupar el cargo debido al calvinismo, que le obligó a permanecer en su residencia francesa de Annecy. Comienza entonces una incansable tarea como escritor, con obras tan difundidas como “Introducción a la vida devota”, “En las fuentes de la alegría” y sobre todo, la que fue su obra cumbre, “El tratado del amor de Dios”.
En la Cuaresma de 1604 va a predicar a la ciudad de Dijon (Francia) y allí conoce a la baronesa Santa Juana Fremiot, viuda del barón de Chantal y con ella funda en 1610 la Orden de la Visitación de Santa María (las Salesas). Esa Orden representaba una espiritualidad y un estilo de vida nuevos, que se extendió rápidamente.
La labor de San Francisco de Sales fue inmensa, ejerciendo como pastor, director de almas, apóstol incansable, escritor fecundísimo, etc. Su doctrina sigue siendo de una gran actualidad y han sido muchos los herederos del espíritu salesiano, muchas familias de religiosos y de laicos los que se han inspirado en su modo peculiar de practicar el Evangelio. Uno de sus más fervientes devotos fue San Juan Bosco, quien a la Orden religiosa que fundó les llamó “Salesianos”.
En un viaje a Aviñón como acompañante del duque Carlos Emmanuel, que iba a visitar al rey Luis Xlll, sintió que le iban faltando las fuerzas y allí en el Monasterio de la Visitación de Lyon, entregado por entero al amor de Dios y de los hombres, muere el 28 de diciembre de 1622, a los 55 años. Fue proclamado beato el 8 de enero de 1662 y canonizado en 1665, ambas por Alejandro VII y proclamado doctor de la Iglesia en 1877 por Pío IX.
Reflexión desde el contexto actual:
San Francisco de Sales es un santo de ayer y de hoy, porque sus enseñanzas siempre están de actualidad. Es el santo que mejor reproduce al Hijo de Dios en su paso por la tierra. Solo como botón de muestra dejamos estos pensamientos, que valen para todas las épocas y donde se ponen de manifiesto su agudeza y profundidad “Ten paciencia con todas las cosas, pero sobre todo contigo mismo”. “No puede ser sino vanidad, lo que no sirve para la eternidad”. “En nosotros todo lo excusamos; en los prójimos, nada; queremos vender caro y comprar barato.”