“No estoy pensando en amnistía ni en pedir perdón", dice el ex número 2 de la Secretaría de Estado Becciu se resiste a abandonar la escena, y vuelve a cargar contra Bertone: "No he cometido fraude"
"En la Secretaría de Estado había una oficina especial que se ocupaba de este asunto y me limité a seguir sus instrucciones. Además, la oficina me presentó la inversión que también incluía el Palacio de Londres como la más ventajosa para la Santa Sed”, trata de defenderse Becciu
"Sinceramente, no estoy pensando en amnistía ni en pedir perdón. Espero que el Tribunal de Apelaciones reconozca mi inocencia. ¿Sabes que todavía no puedo entender de qué me acusaron y condenaron?”, señala Becciu, uno de los cardenales que en su día contó con mayor proyección mediática e incluso era visto como un serio candidato al papado en un cónclave
“Inmediatamente corrí hacia el Papa Francisco para explicarme y disculparme. Y lo entendió. Estaba desesperado y la desesperación de los acusados inocentes es aún más dramática", señala sobre la grabación que hizo de una conversación privada con el papa Francisco
“Inmediatamente corrí hacia el Papa Francisco para explicarme y disculparme. Y lo entendió. Estaba desesperado y la desesperación de los acusados inocentes es aún más dramática", señala sobre la grabación que hizo de una conversación privada con el papa Francisco
“Esperaban que me retirara a Cerdeña sin luchar. Pero ni lo he hecho ni lo haré. Gritaré mi inocencia al mundo con la fuerza de la verdad. Una fuerza interior aún más fuerte desde que fui condenado". Giovanni Angelo Becciu, el cardenal condenado a cinco años y medio de cárcel por un caso de fraude financiero que hizo tambalear los muros vaticanos en un mayúsculo escándalo que motivó que el propio Francisco le suspendiese sus prerrogativas como purpurado, vuelve a revolverse en los medios de comunicación para asegurar que “no he cometido ningún fraude ni malversación y lo grito a viva voz”.
“En un juicio necesitamos encontrar a los responsables de quienes hicieron un uso descuidado del dinero. Y sobre todo aquellos que han cometido un delito. Niego haber estado entre ellos, actué en base a lo estudiado y propuesto por nuestras oficinas. Además, la inversión de la suma fue autorizada por mi superior, el entonces cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone", señala el otrora todopoderoso sustituto de esa institución en entrevista con Il Corriere.
“La Secretaría de Estado había una oficina especial que se ocupaba de este asunto y me limité a seguir sus instrucciones. Además, la oficina me presentó la inversión que también incluía el Palacio de Londres como la más ventajosa para la Santa Sed”, trata de defenderse Becciu.
"No soy un cardenal empresario"
“Con el proceso en mi contra, el Vaticano ha perdido una oportunidad única de mostrar al mundo cómo administrar justicia respetando los derechos de los acusados. Me dolió que me presentaran como un cardenal empresario. No lo soy. Nunca entró en mi bolsillo ni un céntimo y el juicio lo ha demostrado sobradamente. No he deshonrado al Vaticano, he dado mi vida por la Iglesia, sirviéndola en todo el mundo, en las diversas nunciaturas, con dedicación y compromiso", se reivindica el cardenal, quien también ocupó titulares tras haber grabado una conversación con el propio Papa.
“Inmediatamente corrí hacia el Papa Francisco para explicarme y disculparme. Y lo entendió. Estaba desesperado y la desesperación de los acusados inocentes es aún más dramática. El Papa había salido recientemente del hospital y corrían rumores alarmantes sobre su salud, ante el inminente juicio. No queriendo señalarlo como testigo, le pedí si podía escribir las cosas que sólo él y yo sabíamos: que me había autorizado a mediar para la liberación de una monja colombiana en Mali. Me pidió que escribiera la carta que luego le envié. Pero recibí como respuesta una dura, severa, firmada por él pero con un lenguaje que no era el suyo, en la que no lo reconocí. Tenía dudas. Lo llamé de nuevo, porque él era mi única salvación. Y grabé nuestra conversación. Pero nunca usé esa grabación ni la hice pública", indica.
“Sinceramente, no estoy pensando en amnistía ni en pedir perdón. Espero que el Tribunal de Apelaciones reconozca mi inocencia. ¿Sabes que todavía no puedo entender de qué me acusaron y condenaron?”, señala Becciu, uno de los cardenales que en su día contó con mayor proyección mediática e incluso era visto como un serio candidato al papado en un cónclave. Hoy, todo aquello se ha esfumado, pero el cardenal se resiste a dejarlo ir y sigue apelando a su inocencia y a que es una víctima a la que le tendieron una trampa para acabar con su carrera.