El Papa reclama un "diálogo respetuoso y constructivo" en Nicaragua Francisco pide "un alto el fuego en todos los frentes de guerra" para Navidad

Francisco, se asoma al balcon para rezar el ángelus
Francisco, se asoma al balcon para rezar el ángelus RD/Captura

Al igual que en la misa que había presidido una hora antes en la basílica de San Pedro, en el ángelus de este 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada, el Papa volvió a glosar el papel de una figura que le es especialmente querida, que dio un "sí" trascendental, la Virgen María, "una mujer de un pequeño pueblo de periferia llamada para siempre al centro de la historia"

Tras el rezo del ángelus, el Papa volvió a clamar por la paz, pidiendo además un alto el fuego en todos los frentes de guerra, instó a "un diálogo respetuoso y constructivo" en Nicaragua, solicitó la conmutación De la Peña de muerte a los presos que están en el pasillo de la muerte en los Estados Unidos y defendió el derecho al trabajo, amanezado en algunos centros laborales de Italia

Al igual que en la misa que había presidido una hora antes en la basílica de San Pedro, en el ángelus de este 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada, el Papa volvió a glosar el papel de una figura que le es especialmente querida, que dio un "sí" trascendental, la Virgen María, "una mujer de un pequeño pueblo de periferia llamada para siempre al centro de la historia".

‘Informe RD’ con análisis y el Documento Final del Sínodo

Ante su respuesta, ese "sí" a Dios, Francisco subrayó que "en ella no hay nada que ofrezca resistencia a su voluntad, nada que se oponga a la verdad y a la caridad, y se preguntó -y preguntó a los fieles que habían acudido en una fría mañana a la plaza de San Pedro para rezar el ángelus-, "en nuestro tiempo, agitado por guerras y concentrado en el esfuerzo de poseer y dominar, ¿dónde pongo mi esperanza?".

"¿En la fuerza, en el dinero, en los amigos poderosos, o en la misericordia infinita de Dios? Y frente a los falsos modelos relucientes que circulan en los medios y en internet, ¿dónde busco mi felicidad? ¿Dónde está el tesoro de mi corazón? ¿Está en el hecho de que Dios me ama gratuitamente, que su amor siempre me precede y está listo para perdonarme cuando regreso arrepentido a Él? ¿O me engaño tratando de afirmar a toda costa mi yo y mi voluntad?", expresó el Papa, quien acabó su catequesis pidiendo que "abramos las puertas del corazón y de la mente al Señor Jesús, nacido de María Inmaculada".

El consejo del Papa: "Hagan una buena confesión"

"Hoy es un bonito día para decidirse a hacer una buena confesión, si hoy no pueden ir, vayan durante la semana, abran el corazón, porque el Señor perdona todo, todo, y de la mano de María seremos más felices", improvisó finalmente el Papa

Fieles en la plaza de san Pedro para el ángelus
Fieles en la plaza de san Pedro para el ángelus RD/Captura

A la hora de los saludos, el Papa dejó varios mensajes de calado, entre ellos, la petición de un alto el fuego en todos los conflictos bélicos ante estas fechas navideñas. Pero comenzó por invitar a unirse a rezar por Nicaragua.

Diálogo "respetuoso y constructivo" en Nicaragua

"En esta solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María estoy cerca en particular de los nicaragüenses. Les invito rezar, a unirse en oración por la Iglesia y el pueblo de Nicaragua. Que la Madre celestial sea para ellos consuelo en las dificultades, en las incertidumbres y abras el corazón de todos para que se abra el camino de un diálogo respetuoso y constructivo a fin de promover la paz, la fraternidad y la armonía en el país".

De ahí, y tras sus habituales apelaciones rezar por la paz en los países que están en guerra -"y ahora Siria", añadió-, Francisco expresó: "Hago un llamamiento a los gobernantes y a la comunidad internacional para que se pueda llegar a la fiesta de navidad con un alto el fuego en todos los frentes de guerra".

El belén y el árbol de Navidad, en la plaza de San Pedro,jpg
El belén y el árbol de Navidad, en la plaza de San Pedro,jpg RD/Captura

"Me sale del corazón -confesó igualmente- pedirles que recen por los detenidos que en Estados Unidos están en los pasillos de la muerte, son 13 ó 15... Recemos para que su pena sea conmutada, cambiada, pensemos en estos hermanos y hermanas nuestros y pidamos al Señor la gracia de salvarlos de la muerte".

Finalmente, hizo también una petición en favor de la defensa los trabajadores de varias ciudades italianas "que defiende de forma solidaria el derecho al trabajo, que es un derecho a la dignidad, que no se le quite el trabajo por motivos económicos o financieros", rogó.

Fieles en la plaza de San Pedro
Fieles en la plaza de San Pedro RD/captura

Las palabras del Papa en la oración del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y feliz fiesta!

Hoy, en la solemnidad de la Inmaculada Concepción, el Evangelio nos relata uno de los momentos más importantes en la historia de la humanidad: la Anunciación (cf. Lc 1,26-38), cuando el “sí” de María al Arcángel Gabriel permitió la Encarnación del Hijo de Dios, Jesús. Es una escena que suscita la mayor maravilla y emoción porque Dios, el Altísimo, el Omnipotente, por medio del Ángel dialoga con una joven de Nazaret, pidiéndole que colabore en su plan de salvación.

Como en la escena de la creación de Adán pintado por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, donde el dedo del Padre celestial roza el dedo del hombre; así también aquí, lo humano y lo divino se encuentran, al inicio de nuestra Redención, en el instante bendito en el que la Virgen María pronuncia su “sí”. Una mujer de un pequeño pueblo de periferia es llamada para siempre al centro de la historia: de su respuesta depende el destino de la humanidad, que puede volver a sonreír y a esperar, porque su destino ha sido puesto en buenas manos.

María, por lo tanto, como la saluda el Arcángel Gabriel, es la «llena de gracia» (Lc 1,28), la Inmaculada, enteramente al servicio de la Palabra de Dios, siempre con el Señor, al que se encomienda completamente. En ella no hay nada que ofrezca resistencia a su voluntad, nada que se oponga a la verdad y a la caridad. He aquí su bienaventuranza, que cantarán todas las generaciones. Alegrémonos también nosotros, porque la Inmaculada nos ha dado a Jesús, nuestra salvación.

Y completando este misterio podemos preguntarnos: En nuestro tiempo, agitado por guerras y concentrado en el esfuerzo de poseer y dominar, ¿dónde pongo mi esperanza? ¿En la fuerza, en el dinero, en los amigos poderosos, o en la misericordia infinita de Dios? Y frente a los falsos modelos relucientes que circulan en los medios y en internet, ¿dónde busco mi felicidad? ¿Dónde está el tesoro de mi corazón? ¿Está en el hecho de que Dios me ama gratuitamente, que su amor siempre me precede y está listo para perdonarme cuando regreso arrepentido a Él? ¿O me engaño tratando de afirmar a toda costa mi yo y mi voluntad?

Hermanos y hermanas, mientras se acerca la apertura de la Puerta Santa del Jubileo, abramos las puertas del corazón y de la mente al Señor Jesús, nacido de María Inmaculada e imploremos la intercesión de la Madre para que Él venga a habitar en nuestra vida.

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