RDconelPapa: "Desde que está Francisco, me siento más parte de la Iglesia" Jordi Pacheco: "Reconforta tener un Papa que rechaza ser tratado con los privilegios de una autoridad medieval"
El papa Francisco es uno de los más grandes líderes de nuestro tiempo y hay que agradecerle muchas cosas de sus casi once años de pontificado
Le doy gracias por su austeridad y sencillez, a la que nunca renunció después de ser elegido obispo de Roma
Reconforta tener un Papa que rechaza ser tratado con los privilegios de una autoridad medieval
Reconforta tener un Papa que rechaza ser tratado con los privilegios de una autoridad medieval
| Jordi Pacheco
El papa Francisco es uno de los más grandes líderes de nuestro tiempo y hay que agradecerle muchas cosas de sus casi once años de pontificado. Le doy gracias por su austeridad y sencillez, a la que nunca renunció después de ser elegido obispo de Roma. Reconforta tener un Papa que rechaza ser tratado con los privilegios de una autoridad medieval.
Gracias por haber enseñado que la Iglesia ha de ser orante, samaritana y de puertas abiertas, solidaria con los inmigrantes, los refugiados, los pobres, los enfermos y los marginados.
Gracias por denunciar la tan extendida “cultura del descarte”, uno de los grandes males de nuestra sociedad, al cual hay que responder, como recuerda el Papa, con la cultura del cuidado, la compasión y la ternura.
Gracias por condenar la pena de muerte, la producción y venta de armas y el modelo económico neoliberal que hace añicos la casa común y las vidas de sus habitantes más vulnerables.
Gracias por esas dos maravillosas encíclicas que son Laudato Si’ y Fratelli tutti, que sitúan los más grandes desafíos de nuestro tiempo y marcarán durante muchos años el camino a seguir.
Gracias por haber dado un empujón evangélico y de testimonio en la Iglesia. Por haber luchado de cara contra la pederastia, la corrupción de la curia vaticana y el carrerismo. Aunque esto le haya generado tantos enemigos entre quienes no están dispuestos a renunciar a sus privilegios.
Gracias por denunciar un tipo de Iglesia ideológicamente dogmática y condenatoria, ante la cual propone una más misericordiosa, dispuesta a dialogar y acoger a todo el mundo, aunque no siempre esté de acuerdo con lo que piensan o hacen.
Gracias por los gestos de fraternidad que ha impulsado con las otras confesiones cristianas y con otras religiones, como por ejemplo con el Documento sobre la Fraternidad Humana por la paz mundial y la convivencia común, firmado con Al-Tayeb, el gran imán de Al-Azhar.
Gracias por haber llevado adelante sínodos como el de la familia, el de la Amazonia y el de la sinodalidad, que han destacado por sus propuestas osadas y siempre surgidas desde las bases.
Gracias por su autenticidad, por su humanidad, por el sufrimiento personal que muestra por las víctimas de las guerras, especialmente las más vulnerables.
Gracias por sus catequesis, que tanto ayudan a profundizar en la fe y a vivir más evangélicamente.
Gracias por hacer de la Iglesia la casa de todos, todos, todos.
Desde que está Francisco, me siento más parte de la Iglesia.
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