En la 78 Asamblea General de las Naciones Unidas Gallagher invita a Nicaragua a reanudar las relaciones diplomáticas con la Santa Sede

El arzobispo Paul Richar Gallagher, secretario de la Santa Sede para las Relaciones Internacionales, hizo un llamado a un diálogo diplomático y respetuoso con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo durante el discurso en la 78 Asamblea General de las Naciones Unidas.

El Vaticano mantiene su postura de un diálogo a pesar de la persecución que el régimen sandinista mantiene contra la iglesia católica de Nicaragua.

“Quisiéramos transmitir nuestra solidaridad a Nicaragua, donde esperamos que el diálogo diplomático respetuoso a través de las iglesias locales, redunde en el interés de las poblaciones nacionales”, expresó Paul Richard Gallagher.

Actualmente el régimen de Daniel Ortega mantiene tensas relaciones con la Santa Sede, en cadena nacional el líder sandinista ha calificado a la iglesia de “dictadura perfecta”, mientras que el papa Francisco ha comparado al régimen de Nicaragua con una “dictadura hitleriana”.

Sin embargo, el punto de inflexión lo ocupa el encarcelamiento de monseñor Rolando Alvarez, desde hace más de un año y quien también fue condenado a 26 años de cárcel por el supuesto delito de “traición a la patria” tras negarse a abordar un avión que lo llevaría al exilio en Estados Unidos el 9 de febrero pasado.

Reportan 529 ataques a la iglesia católica de Nicaragua

Hasta mayo de este año, la abogada e investigadora Martha Patricia Molina documentó 529 agresiones contra la iglesia católica de Nicaragua desde el año 2018.

En el 2018 y 2019 contabilizan 84 y 80 acciones hostiles respectivamente. También señalan que en 2020 y 2021 se creó una bonanza ficticia por las hostilidades no habían incrementado, pero en el 2022 “fue el año más nefasto para la iglesia católica nicaragüense se documentaron en ese periodo 161 hostilidades”, documentó Molina.

La experta sostiene que las etapas de regresión han pasado por diferentes niveles, primero el asedio, luego las amenazas de muerte, posteriormente los cierres de las organizaciones sin fines de lucro y después la etapa de criminalización utilizando el sistema de justicia de Nicaragua para procesar arbitrariamente a los religiosos.