Lamenta que los fiscales vaticanos hicieron "tergiversaciones espantosas" en su investigación La Justicia británica apunta a Parolin en la trama de la compraventa de inmuebles de lujo en Londres
La Santa Sede había solicitado la confiscación de los bienes de Torzi y otros sospechosos, acusados de perder 350 millones de euros, procedentes del Óbolo de San Pedro, en el edificio del barrio de Chelsea
El escándalo del palacio de Londres destapó el 'caso Becciu' y una tormenta de cambios en las responsabilidades económicas y financieras de la Santa Sede
Parolin aprobaba cada operación de compraventa de edificios de lujo en Londres y otras capitales europeas. Esta es la conclusión de la justicia británica, que parece decidida a 'desmontar' la investigación vaticana sobre el escándalo del palacio de Sloane Avenue, financiado con dinero del Óbolo de San Pedro.
Así, según adelanta Ap y sostiene Il Messaggero, un juez británico ha criticado a los fiscales del Vaticano por hacer tergiversaciones “espantosas” ante el tribunal sobre su investigación acerca de la inversión de la Santa Sede en un negocio de bienes raíces en Londres, determinando que no tienen un caso contundente contra su principal sospechoso, el corredor bursátil Gianluigi Torzi.
La conclusión a la que han llegado los magistrados británicos es que todas las operaciones formales contaron con la aprobación del cardenal Pietro Parolin y su sustituto en la Secretaría de Estado, Edgar Peña Parra. La propiedad adquirida con el dinero del Óbolo acabó, como es sabido, en el centro de una cadena de transacciones, hasta el punto de hacer estallar una guerra interna entre el IOR y la Secretaría de Estado por el control de la propiedad y de los fondos confidenciales que manejaba la Secretaría de Estado, y que destapó el 'escándalo Becciu', con su salida del dicasterio de Causas de los Santos y del Colegio cardenalicio.
En un fallo hecho público esta semana, el juez Tony Baumgartner del Tribunal de la Corona en Southwark, revocó la decisión de otro juez de confiscar las cuentas bancarias británicas del corredor bursátil Gianluigi Torzi, acusado por el Vaticano por corrupción. La Santa Sede había solicitado la confiscación de los bienes de Torzi y otros sospechosos, acusados de perder 350 millones de euros, procedentes del Óbolo de San Pedro, en el edificio del barrio de Chelsea.
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