El Papa colocó un ramo de flores en una de las tumbas abandonadas Misa de difuntos de Francisco: "A la tristeza le ponemos flores, signo de esperanza"
(José M. Vidal).- Misa del Papa Francisco por los fieles difuntos, especialmente por los que nadie recuerda, en el cementerio Prima Porta, el mayor de Roma. Allí, como un simple cura, predicó a los fieles presentes, recordándoles que a la tristeza del día de difuntos "le ponemos flores, signo de esperanza" y que Cristo fue el primero en hacer este camino que, todos, antes o después, seguiremos.
Misa sencilla y sentida en el cementerio flaminio. Concelebra con el, entre otros, el cardenal Vallini, asi como el capellán del camposanto. El 'De profundis' introduce la celebración eucarística.
Un pequeño altar, presidido por una pequeña cruz y una imagen de madera de la Virgen. Antes de inciar la eucaristía, Francisco coloca un pequeño ramo de rosas amarillas en una de las tumbas abandonadas del cementerio.
La primera lectura del libro de Job. La segunda, de Pablo a los Romanos. El Evangelio de San Juan: "La voluntad del que me ha enviado es que no pierda nada de lo que me ha dado, sino que lo resucite en el último día".
Algunas frases de la homilía improvisada del Papa
"Job estaba en la oscuridad"
"El día de fieles difuntos nos recuerda a los nuestros que se fueron y nuestro futuro"
"A esta tristeza le ponemos flores, como un signo de esperanza"
"La tristeza se mezcla con la esperanza. Esto es lo que sentimos hoy en esta celebración"
"La memoria de los nuestros y la esperanza"
"Una esperanza que nos ayuda, porque también nosotros tenemos que hacer este camino. Todos nosotros, antes o después, pero todos"
"Con dolor, pero con la flor de la esperanza"
"La esperanza en la Resurrección no defrauda"
"El primero que hizo este camino fue Jesús"
"El que nos ha abierto la puerta es Él mismo: Jesús"
"Nos abrió la puerta de la esperanza"
"Memoria del pasado y del futuro"
"Con la certeza, salida de los labios de Jesús: 'Yo lo resucitaré en el último día'"

Después de la misa el Papa se dirigió a las Grutas Vaticanas, donde rezó ante las tumbas de los antiguos Papas, entre ellos San Pedro.
El cementerio Flaminio, Prima Porta, se consagró en el año 1941. Está considerado como uno de los grandes ejemplos de arquitectura funeraria contemporánea. Posee 140 hectáreas de extensión y es el cementerio más grande de Italia con 35 kilómetros de calles internas. Su particular arquitectura y la disposición de sus tumbas, a lo largo de vías semicirculares, hacen de él un lugar turístico que atrae tanto a amantes del arte como de la historia, pues aquí se han enterrado a algunos italianos ilustres.
Las Grutas Vaticanas se encuentran en los sótanos de la basílica de San Pedro, justo entre el suelo del actual templo y el suelo de la antigua basílica construida por el emperador Constantino el Grande, del siglo IV.
En ella se encuentran numerosas capillas dedicadas a santos, dentro de las cuales hay tumbas de varios Papas y de reyes y reinas de países de Europa. Los entierros más antiguos datan del siglo X.
El punto más sagrado de las Grutas, y del complejo vaticano, es la tumba del apóstol san Pedro, en el interior de un tabernáculo del siglo IV construido por orden de Constantino