El Presidente de la Academia por la Vida, en Ruanda Paglia: "En África, la familia vive las mismas amenazas"
“Devolver la vida humana al contexto familiar (en su origen y en su tarea) significa pronunciar la palabra más fuerte contra esta cultura que invade Occidente y de la que el Continente Africano no puede pretender ser inmune, es decir, el individualismo absoluto disuelto en sus relaciones con los demás”
| RD/Vatican News
“Devolver la vida humana al contexto familiar (en su origen y en su tarea) significa pronunciar la palabra más fuerte contra esta cultura que invade Occidente y de la que el Continente Africano no puede pretender ser inmune, es decir, el individualismo absoluto disuelto en sus relaciones con los demás”, lo dijo Monseñor Vincenzo Paglia, Presidente de la Pontificia Academia para la Vida, hablando la tarde de este 20 de septiembre a los sacerdotes, laicos y agentes pastorales de la Arquidiócesis de Kigali, en Ruanda.
Desafíos a la unidad familiar
En su intervención, Monseñor Paglia explicando el tema: “La familia y la protección de la vida” dijo que, los desafíos a la unidad de la familia son los mismos en todo el mundo. “Y en África, a pesar de la fuerza de la cultura local – precisó el Prelado – la familia vive las mismas amenazas: desintegración de la unidad familiar, presiones económicas y sociales, natalidad y disminución de la natalidad, pérdida de fuerza de la visión eclesial. Sin embargo, la familia es el centro de la sociedad y la médula de gravedad de la formación de la persona”.
La vida humana es concreta
En este sentido, el Presidente de la Pontificia Academia para la Vida señaló que, “la vida, tal como se nos da en las Escrituras conservadas para siempre en la tradición eclesial, nunca existe como una realidad abstracta, como un concepto o como una idea. No, la vida humana – subrayó – Monseñor Paglia – es siempre una vida concreta, en un tiempo y un lugar, en una trama relacional que la genera, protege y evoca”. La vida, en definitiva afirmó el Prelado, somos nosotros, somos cada uno de nosotros, para toda nuestra existencia, y para toda la humanidad en su hoy y mañana. Es precisamente esta reasignación de las relaciones la que nos permite considerar con eficacia los grandes debates que tienen lugar sobre el tema de la familia y la vida.
Crear espacios para defender la vida
Por ello, recordó Monseñor Vincenzo Paglia, el Papa Francisco comprendió tan bien este vínculo íntimo que, incluso a nivel institucional, ha conectado los dos grandes centros de reflexión académica sobre la familia y la vida (el Instituto Juan Pablo II y la Academia Pontificia para la Vida), y ha unificado en un Dicasterio la atención pastoral de estas realidades. “Es más bien estéril e ineficaz defender la vida en sí misma, independientemente de los lugares constitutivos y vitales en los que se desarrolla – señaló Monseñor Paglia citando Amoris Laetitia, 3 – porque no tiene sentido hablar o defender a la familia en sí misma, sin considerar los sujetos concretos, lugares y tiempos en los que se desarrolla esta fecunda alianza”.
La vida es relación y no individualismo
Finalmente, el Presidente de la Pontificia Academia para la Vida dijo que, la cualidad eminentemente humana que la forma familiar ofrece a la vida es la mayor respuesta a todas estas prácticas (políticas, sociales e incluso médicas) que quieren separar a la generación del amor que nos hace existir y proteger. Devolver la vida humana al contexto familiar (en su origen y en su tarea) significa pronunciar la palabra más fuerte contra esta cultura que invade Occidente y de la que el Continente Africano no puede pretender ser inmune, es decir, el individualismo absoluto (ab-solutus), disuelto en sus relaciones con los demás. Nadie es una isla. Todos estamos conectados unos con otros. Y estamos en analogía con los lazos familiares: todos somos hijos, todos hermanos y hermanas de cada uno.