Francisco quiso dedicarle la mañana. Aunque, oficialmente, 'sólo' estuvieron juntos durante 45 minutos, el Papa había liberado su agenda del viernes (sólo se incluía, además, la visita 'ad limina' de los obispos de Países Bajos) para charlar, abrazar, y escuchar, a James Martin, sj.
El jesuita, icono de la lucha por la plena inclusión del colectivo LGTBI en la Iglesia católica, y que se encuentra en Roma participando en la plenaria del Dicasterio de la Comunicación, se reunió con el Papa en el Palacio Apostólico del Vaticano.
A lo largo de estos 45 minutos "hablamos sobre las alegrías y esperanzas, los dolores y las ansiedades de los católicos LGBTQ", tal y como explicó el jesuita en sus redes sociales. "Fue una reunión cálida, inspiradora y alentadora, que nunca olvidaré". No es la primera ocasión en la que Bergoglio expresa, con rotundidad, su apoyo al trabajo de Martin, y su apuesta por una Iglesia abierta y tolerante, frente a los ataques y las condenas que ha recibido este colectivo a lo largo de la historia de la Iglesia.
El sacerdote ha asegurado estar "profundamente agradecido" por la reunión con el Papa Francisco. Concretamente, ha puntualizado que dialogaron sobre «las penas y las angustias, de los católicos LGBTQ». Según el Catecismo de la Iglesia Católica, los homosexuales "deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. «Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta", añade.
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