El Papa, a los novios: "Aunque vuelen los platos, no terminéis nunca el día sin hacer las paces" El Papa, sobre su visita a Chipre y Grecia: "Visitaré una humanidad herida en la carne de tantos emigrantes en busca de esperanza"
El Papa pide que se garanticen "tratamientos sanitarios justos y eficaces" contra el Sida, especialmente en las zonas del mundo en las que no tienen acceso a ellos.
"Mañana visitaré Grecia y Chipre, países ricos en historia, en espiritualidad. Será un viaje a las fuentes de la fe apostolica y de la fraternidad entre cristianos de diversas confesiones"
"En las relaciones de amor, de afecto, nos cuesta pasar de la lógica del enamoramiento a la del amor maduro"
"Muy a menudo nuestra vida no es como la habíamos imaginado"
"Los novios cristianos están llamados a testimoniar un amor así, que tenga la valentía de pasar de las lógicas del enamoramiento a las del amor maduro"
"En las relaciones de amor, de afecto, nos cuesta pasar de la lógica del enamoramiento a la del amor maduro"
"Muy a menudo nuestra vida no es como la habíamos imaginado"
"Los novios cristianos están llamados a testimoniar un amor así, que tenga la valentía de pasar de las lógicas del enamoramiento a las del amor maduro"
"Los novios cristianos están llamados a testimoniar un amor así, que tenga la valentía de pasar de las lógicas del enamoramiento a las del amor maduro"
En su ciclo de catequesis, el Papa Francisco aborda el tema del “hombre justo y esposo de María”, para explicar las circunstancias por las que atravesó su noviazgo y su matrimonio, y aplicarlas a los novios de hoy. A éstos les pidió que, a imagen de José, pasen “de la lógica del enamoramiento a la del amor maduro” y asuman que, “muy a menudo nuestra vida no es como la habíamos imaginado”.
En su saludo en italiano, El Papa pide que se garanticen "tratamientos sanitarios justos y eficaces" contra el Sida, especialmente en las zonas del mundo en las que no tienen acceso a ellos. Y, por último, pide oraciones para su visita, que comienza mañana, a Chipre y Grecia. Con un objetivo claro: "Visitar una humanidad herida en la carne de tantos emigrantes en busca de esperanza"
Texto íntegro de la catequesis del Papa
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Seguimos nuestro camino de reflexión sobre la figura de San José. Hoy quisiera profundizar en su ser “justo” y “desposado con María”, y dar así un mensaje a todos los novios. Muchas historias vinculadas con José llenan los pasajes de los evangelios apócrifos, es decir no canónicos, que han influido también en el arte y diferentes lugares de culto. Estos escritos responden al deseo de colmar los vacíos narrativos de los Evangelios canónicos, los cuales nos dan todo lo que es esencial para la fe y la vida cristiana.
El evangelista Mateo define José como hombre “justo”. Escuchamos su pasaje: «La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto» (1,18-19).
Para comprender el comportamiento de José en relación con María, es útil recordar las costumbres matrimoniales del antiguo Israel. El matrimonio comprendía dos fases muy definidas. La primera era como un noviazgo oficial, que conllevaba ya una situación nueva: en particular la mujer, incluso viviendo aún en la casa paterna todavía durante un año, era considerada de hecho “mujer” del prometido esposo.
El segundo hecho era el traslado de la esposa de la casa paterna a la casa del esposo. Esto sucedía con una procesión festiva, que completaba el matrimonio. En base a estas costumbres, el hecho de que «antes de estar juntos ellos, se encontró encinta», exponía a la Virgen a la acusación de adulterio. Y esta culpa, según la Ley antigua, tenía que ser castigada con la lapidación (cfr Dt 22,20-21). Sin embargo, en la praxis judía sucesiva se había afianzado una interpretación más moderada que imponía solo el acto de repudio, pero con consecuencias civiles y penales para la mujer.
El Evangelio dice que José era “justo” precisamente por estar sujeto a la ley como todo pío israelita. Pero dentro de él el amor por María y la confianza que tiene en ella le sugieren una forma que salva la observancia de la ley y el honor de la esposa: decide repudiarla en secreto, sin clamor, sin someterla a la humillación pública. Elige el camino de la discreción, sin juicio ni venganza. ¡Cuánta santidad en José!
Pero añade enseguida el evangelista Mateo: «Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús por que él salvará a su pueblo de sus pecados”» (1,20-21). Interviene en el discernimiento de José la voz de Dios que, a través de un sueño, le desvela un significado más grande de su misma justicia.
¡Qué importante es para cada uno de nosotros cultivar una vida justa y al mismo tiempo sentirnos siempre necesitados de la ayuda de Dios! Para poder ampliar nuestros horizontes y considerar las circunstancias de la vida desde un punto de vista diferente, más amplio. Muchas veces nos sentimos prisioneros de lo que nos ha sucedido; pero precisamente delante de algunas circunstancias de la vida, que nos parecen inicialmente dramáticas, se esconde una Providencia que con el tiempo toma forma e ilumina de significado también el dolor que nos ha golpeado. La tentación es encerrarse en el dolor y en las cosas malas que nos sucedieron. Un corazón amargo es un corazón malo.
Pero quisiera que nos detuviéramos a reflexionar sobre un detalle de esta historia narrada por el Evangelio y que muy a menudo descuidamos. María y José son dos novios que probablemente han cultivado sueños y expectativas respecto a su vida y a su futuro. Dios parece entrar como un imprevisto en su historia y, aunque con un esfuerzo inicial, ambos abren de par en par el corazón a la realidad que se pone delante de ellos.
Queridos hermanos y hermanas, muy a menudo nuestra vida no es como la habíamos imaginado. Sobre todo en las relaciones de amor, de afecto, nos cuesta pasar de la lógica del enamoramiento a la del amor maduro. Hay que pasar del enamoramiento al amor maduro. La primera fase siempre está marcada por un cierto encanto, que nos hace vivir inmersos en un imaginario que a menudo no corresponde con la realidad de los hechos. Pero precisamente cuando el enamoramiento con sus expectativas parece terminar, ahí puede comenzar el amor verdadero.
Amar de hecho no es pretender que el otro o la vida corresponda con nuestra imaginación; significa más bien elegir en plena libertad tomar la responsabilidad de la vida, así como se nos ofrece. Es por esto por lo que José nos da una lección importante, elige a María “con los ojos abiertos”. Los fariseos quieren manchar la historia de María. Para mí es el pasaje más demoníaco del Evangelio. De hecho dice el Evangelio: «Despertándose José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer. Y no la conocía hasta que ella dio a luz un hijo, y le puso por nombre Jesús» (Mt 1,24-25).
Los novios cristianos están llamados a testimoniar un amor así, que tenga la valentía de pasar de las lógicas del enamoramiento a las del amor maduro. Esta es una elección exigente, que, en lugar de aprisionar la vida, puede fortificar el amor para que sea duradero frente a las pruebas del tiempo. El amor de una pareja madura a diario. EL amor del enamoramiento es un poco romántico. Después, viene el amor maduro y desaparece el romanticismo. Padre, a veces nos disputamos. Eso pasa desde Adán y Eva. A veces, vuelan los platos. Sucede. No terminéis nunca el día sin hacer las paces. Porque la guerra fría del día después es peligrosísima. Hacer las paces antes de ir a la cama. No terminéis nunca el día sin hacer las paces. La castidad, la fidelidad, el respeto, la escucha no son virtudes que se piden en un noviazgo para suscitar sentidos de culpa, sino para indicar esa dirección que, sola, puede donar a nuestros sueños la posibilidad de realizarse y de durar.
Y también esta vez concluimos con una oración.
San José,
tú que has amado a María con libertad,
y has elegido renunciar a tu imaginario para hacer espacio a la realidad,
ayuda a cada uno de nosotros a dejarnos sorprender por Dios
y a acoger la vida no como un imprevisto del que defendernos,
sino como un misterio que esconde el secreto de la verdadera alegría.
Obtén para todos los novios cristianos la alegría y la radicalidad,
pero conservando siempre la conciencia
de que solo la misericordia y el perdón hacen posible el amor. Amén.
Saludo del Papa en español
Queridos hermanos y hermanas:
En este camino de reflexión sobre la figura de san José, destacamos hoy que fue un hombre “justo” y el “prometido esposo de María”. Recordemos que, en aquel tiempo, el matrimonio tenía dos fases. La primera era un compromiso, en el que la novia seguía viviendo en la casa paterna, pero ya era considerada “esposa” de su prometido. Fue durante este tiempo que María, aunque no vivían juntos, quedó embarazada, quedando expuesta a la acusación de adulterio.
José, que era justo —es decir, observante de la ley— y amaba a María, decidió romper su compromiso en secreto, sin exponerla a la humillación pública. Pero en su discernimiento intervino la voz de Dios que, a través de un sueño, le reveló un horizonte más amplio del que había imaginado. En medio del drama que inicialmente parecía destruir sus planes de matrimonio, María y José supieron abrir sus ojos a la realidad tal como se presentaba, acogiendo el proyecto de Dios con amor maduro y responsabilidad.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Hoy quiero dirigirme de un modo especial a todos los novios cristianos. Ustedes están llamados a testimoniar un amor como el de María y José, un amor que pase del enamoramiento a la madurez, para que sea pleno y duradero. Pídanle a san José —que fue valiente en dar este paso— que los ayude a vivir el noviazgo con alegría y radicalidad. Que Dios los bendiga. Muchas gracias.
Saludo del Papa en italiano
"HOy se celebra la Jornada contra el Sida. UNA importante ocasión para recordar a tantas personas víctimas de este virus, paera muchas de las cuales, en muchas zonas del mundo, no está disponible el acceso a las medicinas esenciales. Deseo que se ponga en marcha un renovado impulso solidario, para garantizar tratamientos sanitarios justos y eficaces"
"Mañana visitaré Grecia y Chipre, países ricos en historia, en espiritualidad. Será un viaje a las fuentes de la fe apostolica y de la fraternidad entre cristianos de diversas confesiones. También tdendré la oportunidad de acercarme a una humanidad herida en la carne de tantos emigrantes en busca de esperanza. Iré a Lesbos. Les, pido, por favor, que me acompañen con la oración".
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