El prefecto de Doctrina de la Fe trabaja para dar más espacio y poder a las mujeres 'Tucho' Fernández: "Mi Dicasterio está empeñado en explorar nuevas posibilidades de ministerios dedicados a las mujeres"

Diaconisas de la Iglesia primitiva
Diaconisas de la Iglesia primitiva

Se ha pedido a los miembros del Sínodo que envíen aportaciones y propuestas, además de tener en cuenta las experiencias ya en marcha que ven a mujeres al frente de comunidades, por ejemplo en la Amazonia, pero también en África y Asia

Fernández dijo que las mujeres quieren ser escuchadas y valoradas: piden tener autoridad y desarrollar sus carismas y capacidades, pero la mayoría de ellas no piden el diaconado, es decir, no piden ser «clericalizadas»

(Vatican Media).- Una hora y media de diálogo libre, fraterno y franco. Un encuentro que sigue la iniciativa del Prefecto de la semana anterior, cuando la presencia de dos funcionarios del Dicasterio para la Doctrina de la Fe había causado cierto descontento por su ausencia, aunque anunciada con antelación debido a compromisos previos. Ayer, el cardenal Víctor Manuel Fernández, participó en un encuentro con un centenar de participantes en el Sínodo (miembros, invitados y expertos) para escuchar sus preguntas, recibir propuestas y hacer balance de los trabajos del «Grupo 5», que en el antiguo Santo Oficio trabaja sobre la cuestión de los posibles ministerios para la mujer.

El Cardenal, de acuerdo con la Secretaría del Sínodo y los participantes en la reunión moderada por el Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, decidió -excepcionalmente respecto a las normas sinodales- hacer público el audio completo, que por tanto se pone aquí a disposición de todos a través de Vatican News, después de que la propuesta de publicarlo fuera acogida con aplausos por los participantes.

Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME

El trabajo del Dicasterio

En la primera parte, Fernández explicó cómo todo su Dicasterio -al que se encomendó específicamente esta tarea incluso antes del Sínodo- está empeñado en profundizar en el tema del papel de la mujer y en explorar nuevas posibilidades de ministerios dedicados a ellas. A continuación relató su modo de trabajar, empezando por la Consulta, es decir, escuchando las propuestas del nutrido grupo de mujeres consultoras, grupo que en este caso se ha ampliado pidiendo opiniones y escuchando experiencias mucho más allá de las consultoras oficiales del Dicasterio. Ya se han celebrado dos asambleas ordinarias de cardenales y obispos del Dicasterio (Feria quarta, porque tradicionalmente se celebra los miércoles), y los trabajos están coordinados por el Secretario de la sección doctrinal, P. Armando Matteo.

Diaconado
Diaconado

Experiencias ya en marcha

Fernández destacó que el modo de trabajo es sinodal, y que la presencia de obispos y cardenales de todo el mundo hace que los trabajos de la Feria quarta tengan en cuenta diferentes sensibilidades y culturas. También destacó que se ha pedido a los miembros del Sínodo que envíen aportaciones y propuestas, además de tener en cuenta las experiencias ya en marcha que ven a mujeres al frente de comunidades, por ejemplo en la Amazonia, pero también en África y Asia. Precisamente para subrayar la importancia de partir de la realidad, es decir, de conocer y valorar las experiencias que ya están en marcha y que quizás son desconocidas o poco conocidas para la teología europea. Por ello, se seguirán enviando cartas de consulta a otras personas e instituciones.

Tucho Fernández
Tucho Fernández

Reconocer un papel

El objeto fundamental del grupo, explicó el cardenal, es el papel de la mujer en la Iglesia, no específicamente la posibilidad del diaconado femenino, sobre el que sigue trabajando la comisión presidida por el cardenal Giuseppe Petrocchi. Fernández dijo que las mujeres quieren ser escuchadas y valoradas: piden tener autoridad y desarrollar sus carismas y capacidades, pero la mayoría de ellas no piden el diaconado, es decir, no piden ser «clericalizadas». Por eso, el trabajo del Dicasterio debe proceder mientras tanto con pasos «muy concretos» en este camino. Fundamental, en este sentido, es profundizar en las diferencias entre orden sagrado y poder, para poder confiar a los laicos y, por tanto, también a las mujeres, funciones de liderazgo en la Iglesia: un camino en el que es posible tener un consenso significativo. El Prefecto preguntó: Si resulta que en el pasado las mujeres predicaban durante la celebración de la Eucaristía o ejercían el poder sin haber sido ordenadas diáconos, ¿tiene esto menos valor?

Si resulta que en el pasado las mujeres predicaban durante la celebración de la Eucaristía o ejercían el poder sin haber sido ordenadas diáconos, ¿tiene esto menos valor?

Diaconado, el estudio continúa

Fernández avanzó que sobre el tema concreto del diaconado, la comisión que dirige el cardenal Petrocchi retomará con más fuerza sus trabajos, escuchando las propuestas de la asamblea sinodal y de otras de todo el mundo: las propuestas y subvenciones pueden enviarse a través de la Secretaría del Sínodo. Y por cierto, recordando su discurso en el aula sinodal, en el que resumió la posición del Papa sobre el tema, el cardenal subrayó: decir que «no está madura una decisión sobre el diaconado» no significa que Francisco quiera cerrar el tema, sino seguir estudiando, dado que las conclusiones de los trabajos de la comisión no son unívocas y hay historiadores que afirman que en el pasado hubo casos de mujeres ordenadas diaconisas, otros historiadores que afirman que fue una bendición y no una verdadera ordenación.

Decir que «no está madura una decisión sobre el diaconado» no significa que Francisco quiera cerrar el tema, sino seguir estudiando, dado que las conclusiones de los trabajos de la comisión no son unívocas y hay historiadores que afirman que en el pasado hubo casos de mujeres ordenadas diaconisas, otros historiadores que afirman que fue una bendición y no una verdadera ordenación

Pasos concretos

El Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe concluyó diciendo que está convencido de que se puede avanzar con pasos claros y concretos que empoderen a la mujer en la Iglesia, empezando por distinguir lo que es inseparable del orden sagrado de lo que no lo es. Y aseguró tener el corazón abierto «para ver adónde nos lleva el Espíritu Santo».

Volver arriba