Pide a los venezolanos "a tener en el corazón el verdadero bien de la población y no intereses partidistas" EL papa lanza otro 'basta ya' a la guerra de Gaza y pide a los venezolanos "evitar cualquier tipo de violencia"

En los saludos tras el ángelus, el Papa Francisco recorrió, como es habitual, la geografía de las guerras y de las desgracias. Para clamar, una vez más, por la paz en Tierra Santa con otro 'basta ya'. También pidió diálogo en la "amada Venezuela", que está pasando "una situación crítica", invitó a evitar cualquier tipo de violencia y "a tener en el corazón el verdadero bien de la población y no intereses partidistas".

Tras recordar la reciente beatificación de un patriarca maronita en el Líbano, el Papa aseguró que este pueblo "sufre mucho" por las consecuencias de la explosión del puerto y pidió que "se haga justicia".

Tras mencionar las guerras de Palestina, Israel, Ucrania, Líbano y Myanmar, Francisco clamó: "¡Basta, hermanos y hermanas! ¡Basta! La guerra es una derrota". Y siguió diciendo: "Los ataques y los asesinatos nunca pueden ser una solución. No ayudan a caminar el camino de la justicia, el camino de la paz. Pero generan aún más odio".

Y de Tierra Santa, el Papa pasó a Venezuela, que vive "una situación crítica"  e hizo  "un llamamiento a todas las partes a buscar la verdad y a ejercer moderación, a evitar cualquier tipo de violencia, a solucionar los contenciosos con el diálogo, a tener en el corazón el verdadero bien de la población y no intereses partidistas"

Texto papal tras el ángelus

Queridos hermanos y hermanas, el viernes pasado fue beatificado en Blerk, Líbano, el Patriarca Esteban, que dirigió sabiamente la Iglesia maronita de 1670 a 1704, en una época difícil, marcada también por las persecuciones.

Maestro de fe y pastor solicitado, fue testimonio de esperanza siempre al lado de la gente. Aún hoy, el pueblo libanés sufre mucho. En particular pienso en las familias de las víctimas de la explosión del puerto de Beirut. Deseo que se haga pronto justicia y verdad. El nuevo santo sostenga la fe y la esperanza de laIglesia e interceda por este amado país. Un aplauso al nuevo santo.

Sigo con preocupación lo que está sucediendo en Medio Oriente. Y espero que el conflicto, ya terriblemente sangriento y violento, no se avive aún más. Rezo por todas las víctimas, en particular por los niños inocentes. Expreso la cercanía a la comunidad drusa en Tierra Santa y a las poblaciones en Palestina, Israel y Líbano. No olvidemos el Myanmar.

Hay que tener el coraje de retomar el diálogo, no se puede dejar que se desvanezca el diálogo. Y sobre todo, se liberan los rehenes. Se ayude a la población con los servicios humanitarios. Los ataques y los asesinatos nunca pueden ser una solución. No ayudan a caminar el camino de la justicia, el camino de la paz. Pero generan aún más odio. ¡Basta, hermanos y hermanas! ¡Basta! No se sofoque la palabra de Dios de la paz, pero que se deje que sea fruto de la Tierra Santa, del Medio Oriente, del mundo entero. La guerra es una derrota.

Expreso mi preocupación por Venezuela, que está viviendo una situación crítica. Quiero hacer un llamamiento a todas las partes a buscar la verdad y a ejercer moderación, a evitar cualquier tipo de violencia, a solucionar los contenciosos con el diálogo, a tener en el corazón el verdadero bien de la población y no intereses partidistas. Confiamos este país a la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto, tan amada y venerada por los venezolanos. Y la intercesión del beato José Gregorio Hernández, de la cual todos se acumen.

Expreso mi cercanía a la población hindú, en particular del Kerala, que ha sido afectada por las lluvias torrenciales que han provocado numerosas víctimas, causando pérdida en la vida humana, numerosos desplazamientos e inmediatos daños. Oro por aquellos que han perdido la vida y para todas las personas que han sido afectadas por una calamidad tan devastadora.

Hoy, en memoria del Santo Cura de Ars, en algunos países se celebra la fiesta del párroco. Expreso mi cercanía y mi gratitud a todos aquellos párrocos que con celo y generosidad, a veces, entre tantas sufrimientos, se consumen por el Dios y el pueblo. Pensemos en nuestros párrocos y un aplauso a nuestros párrocos.