Luis Miguel Modino nos ofrece su visión del Sínodo desde dentro, #primeroRD Etapa final del Sínodo: tiempo de decidir qué es lo que la Iglesia necesita hoy

El Sínodo entra en sus últimos días, es tiempo de concretar, de aterrizar para evitar que un sínodo que promete mucho no se estrelle, no quede en nada.

En estos últimos días las mujeres han cobrado protagonismo, demostrando que hay propuestas que ayudan a descubrir caminos para que las mujeres puedan participar de los momentos de decisión en la Iglesia.

Propuestas concretas, porque si no el Sínodo no irá adelante. Destacamos en la última semana la oración con los migrantes, una concreción de cómo debe estar presente la Iglesia con los que no cuentan.

Continúan las resistencias al sínodo de aquellos que siempre están en contra, se diga lo que se diga, que no quieren una Iglesia para todos, todos, todos. El Sínodo no es un invento, el sínodo es escuchar la voz del Espíritu Santo que hoy está guiando a la Iglesia por nuevos caminos, para poder anunciar más y mejor el mensaje de Jesucristo.

Una Iglesia sinodal, que está acabando la primera etapa de la asamblea, que tiene por delante un embarazo de 11 meses, para que en la segunda etapa se puedan encontrar frutos concretos que ayuden a la iglesia a caminar juntos. 

El documento de síntesis que se comienza a discutir hoy puede ayudar a concretar, y eso es algo decisivo, también la Carta al Pueblo de Dios que relatará lo vivido durante casi un mes.

Es tiempo de hacer realidad aquello que la Iglesia quiere, concretar aquello que ha sido futro de un proceso de escucha, y que va a volver a ser trabajado para el próximo año volver con más fuerza, retomar y poder decidir qué es lo que la Iglesia necesita hoy.