¿Cobraron las exclarisas de Belorado durante dos años la pensión de una monja ya fallecida?
La diócesis de Burgos ha informado a la Seguridad Social, a fin de reintegrar la cantidad sustraída, al parecer, de manera ilegal
El INSS abrirá una investigación para esclarecer las razones por las que las excomulgadas no notificaron el fallecimiento de la religiosa, y si eran conscientes de la ilegalidad de mantener el cobro de la pensión de una muerta
La imagen del arcángel San Miguel, antiguo lema de las clarisas, desaparece del patio del convento de Derio
Actualmente, tal y como afirman las exclarisas, en Orduña residen dos exmonjas: sor Miriam, repostera valenciana, y sor Berit, matemática y exprofesora. El comunicado de su jefe de prensa destaca que “la monumental labor de las hermanas no solo aseguró la supervivencia del monasterio, sino que también reforzó su valor como testimonio de la pericia artesanal y la fe que lo vio nacer”
Nuevo escándalo en torno a las excomulgadas de Belorado. En abril de 2022, moría una de las clarisas de Derio, nonagenaria. Desde entonces, y hasta hace pocos meses, la ex abadesa de Belorado, Sor Isabel de la Trinidad, siguió cobrando su pensión, sin notificar a la Seguridad Social su fallecimiento. Así, al menos, lo asegura la Comisión Gestora del Arzobispado de Burgos, tal y como publica en su edición de hoy Diario de Burgos. La diócesis ha informado a la Administración, a fin de reintegrar la cantidad sustraída, al parecer, de manera ilegal.
Segú informa el rotativo burgalés, el INSS ya ha recibido la información de la presunta regularidad, y abrirá una investigación para esclarecer las razones por las que las excomulgadas no notificaron el fallecimiento de la religiosa, y si eran conscientes de la ilegalidad de mantener el cobro de la pensión de una muerta. De hecho, dicha cantidad se sigue recibiendo en una de las cuentas que gestiona la comisión gestora, que ya ha lanzado la alerta ante las autoridades.
Mientras tanto, el Arzobispado sigue recibiendo visitas de acreedores de las exmonjas, con gastos que el diario define como "difícilmente comprensibles para unas religiosas de vida austera como las clarisas". Unas exmonjas que, tal y como apuntan en un comunicado recogido por Ep, lamentan la "delicada situación económica" en la que quedaron tras la intervención de la Santa Sede, que bloqueó la venta del convento de Derio.
La operación estaba destinada a financiar la restauración del monasterio de Orduña, adquirido en 2020 y “envejecido”, y que requería una inversión urgente para su conservación. Según Francisco Canals, portavoz de las exmonjas, el monasterio del siglo XV requería una reforma urgente, especialmente en su tejado, que presentaba 47 goteras y comprometía la estructura. “Las filtraciones de agua comprometían no solo el edificio, sino también la misión de la congregación”, explicó.