Las obras de restauración, realizadas en 2022, se prolongaron seis meses y fueron “clave para asegurar la continuidad del convento y preservar siglos de historia y espiritualidad”. Se renovó completamente el tejado, se instalaron paneles aislantes y placas fotovoltaicas, y se mejoró la accesibilidad con un ascensor, lo que permitió garantizar la funcionalidad para las necesidades actuales sin perder su esencia histórica.
Actualmente, tal y como afirman las exclarisas, en Orduña residen dos exmonjas: sor Miriam, repostera valenciana, y sor Berit, matemática y exprofesora. El comunicado destaca que “la monumental labor de las hermanas no solo aseguró la supervivencia del monasterio, sino que también reforzó su valor como testimonio de la pericia artesanal y la fe que lo vio nacer”, contribuyendo a la preservación de un patrimonio cultural y espiritual. Además, subrayan que la situación económica sigue siendo precaria y requiere de apoyo externo para garantizar el futuro del monasterio.
Por otro lado, tal y como se aprecia en otras imágenes, la estatua del arcángel San Miguel, antiguo lema de las clarisas y protector del Demonio, desaparece del patio del convento de Derio. Algunas fuentes apuntan a que podría haber sido vendido, mientras que otras, simplemente, hablan de un cambio de ubicación. Un misterio más en la trama de Belorado-Orduña-Derio.