En el 75 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz Católicos y evangélicos, unidos contra el nazismo: "Nuestra memoria no debe ser indiferente a las generaciones actuales"
El obispo Heinrich Bedford-Strohm y el cardenal Reinhard Marx han declarado que "el nombre de Auschwitz es sinónimo de asesinatos masivos sistemáticos cometidos durante la Segunda Guerra Mundial"
"Muchos cristianos colaboraron con el régimen nacionalsocialista, guardaron silencio sobre la persecución de los judíos o incluso la promovieron"
| Lucía López Alonso
En el día en que se celebra el 75 aniversario de la liberación del campo de concentración de Auschwitz (hoy, 27 de enero), la Iglesia Católica alemana se ha unido a la Iglesia Evangélica alemana para enviar al mundo un mensaje en recuerdo de todas las víctimas del holocausto nazi. El presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica de Alemania (Ekd), el obispo Heinrich Bedford-Strohm y el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, el cardenal Reinhard Marx, han declarado con dureza que "el nombre de Auschwitz es sinónimo de asesinatos masivos sistemáticos cometidos durante la Segunda Guerra Mundial en las zonas de Europa ocupadas por las tropas alemanas".
Para no borrar del recuerdo a los millones de exterminados, ambas Iglesias han manifestado el deseo de que este Día del Recuerdo también conmemore "la superación de un sistema político que no conocía el respeto por la vida". "Nuestra memoria no debe ser indiferente a las generaciones actuales", han añadido.
Para que el error no se repita
Haciendo hincapié en que esa política se ha superado (manifestándose en contra de nuevas incitaciones al odio), el comunicado ha expresado las claves necesarias para que el error no se repita: reconocer la culpa, también desde la religión, ya que "muchos cristianos colaboraron con el régimen nacionalsocialista, guardaron silencio sobre la persecución de los judíos o incluso la promovieron" y desterrar el antisemitismo, un "odio de la era moderna" pero que venía de antiguo.
Conocer la historia, comprometerse acogedoramente con los otros y, por último, seguir haciendo memoria de todos los que fueron humillados y perseguidos hasta la muerte: "Nos inclinamos ante todas las víctimas", dice finalmente el comunicado ecuménico.