Tras el SOS para arreglar el tejado lanzado desde 'Religión Digital' Las Jerónimas de Toledo ya no están a la intemperie
Desde entonces, han podido recaudar 20.000 euros gracias a numerosas aportaciones, algunas muy sustanciosas, como 10.000 euros de un señor de Madrid, otras más modestas, como un billete de diez euros enviado por correo postal, junto a una imagen de un Cristo, otros mil euros de una parroquia de Oviedo, de un grupo de cristianos de Ceuta, de una señora de Málaga… y que no se cansan de agradecer por la labor de mediación que hizo Religión Digital
Hace mes y medio, Religión Digital lanzó un SOS desde el convento de las jerónimas de Toledo. Hoy se puede decir que, gracias a aquel grito de auxilio para ayudarles a pagar las facturas del tejado que les había hundido la nevada Filomena, las doce religiosas que forman esa comunidad de clausura respiran, gracias, entre otros, a los lectores de este portal, un poco más aliviadas.
Desde entonces, han podido recaudar 20.000 euros gracias a numerosas aportaciones, algunas muy sustanciosas, como 10.000 euros de un señor de Madrid, otras más modestas, como un billete de diez euros enviado por correo postal, junto a una imagen de un Cristo, otros mil euros de una parroquia de Oviedo, de un grupo de cristianos de Ceuta, de una señora de Málaga… y que no se cansan de agradecer por la labor de mediación que hizo Religión Digital.
"La Providencia ha hecho su trabajo"
Mediación, también, a través de otros medios que, como El Confidencial, se hicieron eco de aquella petición de ayuda lanzada por este portal. En su primera conversación con Religión Digital, la priora del convento, Madre Visitación, se había puesto en manos de “la Providencia”, como hacen siempre, por otra parte. Y en estas semanas, “la Providencia” ha hecho su trabajo y aliviado un tanto la precaria situación de estas monjas de clausura, nada que no sea habitual, por otra parte, a tantos otros monasterios españoles.
“El tejado está arreglado. Pero los problemas no se han acabado. Quedan todavía muchas facturas”, dice sonriendo Madre Visitación desde el otro lado de la reja del cuarto de visitas, donde nos atiende. En concreto, 38.000 euros. “Cuando no hay una gotera, hay una atarjea”, certifica a su lado sobre el pozo sin fondo de un edifico de estas características sor Teresa, desde sus 93 años, la mayor de las monjas y una de las tres españolas (las tres más mayores) de la docena que forma esta comunidad jerónima en el emblemático monasterio de San Pablo.
“Dios proveerá -insiste sor María Jesús, una de las religiosas más jóvenes, frisando la cincuentena-, somos hijas de Dios, no tenemos que agobiarnos por las cuestiones materiales, lo nuestro es vivir al día y sabemos que la Providencia siempre echa una mano”.
"La gente siempre echa una mano"
Sor Teresa, que es navarra y lleva en la clausura desde los 17 años, les ha contado muchas veces las penurias pasadas durante la Guerra Civil, donde lo de menos fue el robo de la espada venerada como la auténtica con la que cortaron la cabeza de San Pablo, de quien este cenobio tomó su nombre. Entonces, las puñaladas las daba el hambre, pero incluso en medio de aquellas penurias siempre había gente que les echaba una mano.
“Igual que en la pandemia” -subraya sor Elsy, que se suma a atender a la visita, y ratifican con la cabeza el resto de hermanas-, cuando los vecinos de Toledo les llevaban una parte de lo que compraban en los supermercados o les entregaban comida los del Banco de Alimentos. A veces también llamaban a la puerta, pero no era para recibir, sino para pedir ayuda. “Venía gente que se había quedado sin trabajo y compartíamos lo que teníamos”, reconoce sin darle mayor importancia Madre Visitación. . Más de dos años sin una aguja que enhebrar para coser y bordar los ropajes de las
“A veces pensamos: ‘necesitaríamos esto o lo otro’. Y luego nos aparece”, concluye sor María Jesús su defensa cerrada de “la Providencia”. Como les sucedió con el presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que se les apareció por Navidad (como cada año) y les dijo que estuvieran pendientes de las ayudas públicas para reparar el tejado. Y les han concedido 30.000 euros. O como les acaba de pasar -con mediación periodística, eso sí-, con esta otra pequeña avalancha de solidaridad, por la que dan gracias, elevan oraciones a diario y acaban de ofrecer una eucaristía por “los bienhechores”, porque “todos quieren que recemos por ellos”, dice Madre Visitación.
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