Sor Isabel, Verónica Berzosa, Iesu Communio y la 'verdadera Iglesia', claves del cisma Laura García de Viedma: la deriva sedevacantista de la nueva 'papisa' de Belorado
"Ha quedado claro que las cuestiones espirituales son secundarias y que lo que subyace por debajo tiene más de pulso contra la Iglesia por los bienes, que cualquier asunto de índole espiritual. La exabadesa buscó y encontró en Ceacaro y Rojas los anzuelos perfectos para presuntamente maniobrar ella fuera del foco mediático"
"Se quedó muy tocada cuando sor Verónica Berzosa fundó, desde las Clarisas, Iesu Comunio; eso fue un arpón que se le quedó clavado a quien podría estar llamada a liderar su comunidad"
El cisma es una «consecuencia de algunas predicaciones poco rigurosas con el Magisterio de la Iglesia» que apuntan a ritos y a celebraciones «liberales»
El cisma es una «consecuencia de algunas predicaciones poco rigurosas con el Magisterio de la Iglesia» que apuntan a ritos y a celebraciones «liberales»
| Julio César Rico
(Burgos Conecta).- Laura García de Viedma, la exabadesa del convento de Belorado, con sus ya exasesores espirituales fuera del convento, en términos absolutos, es la nueva papisa de la corriente sedevacantista porque no tiene a nadie por encima de ella. De aquí al Palmar de Troya, sólo queda un paso.
Durante más de un mes, los focos mediáticos han centrado la polémica del cisma de Belorado en dos personajes, Pablo Rojas y Francisco José Ceacero. Sin embargo, los representantes de la Pía Unión de San Pablo Apóstol sólo han sido una cortina de humo, una excusa, lo que en el mundo del ilusionismo y la magia de la 'misdirection', una manera de engaño en la que el artista atrae la atención de la audiencia hacia una cosa para distraerla de otra.
Eso es lo que la comunidad de diez exmonjas ha hecho con periodistas y espectadores; la prensa ha focalizado el conflicto en quien no debía. Rojas y Ceacero, que aseguran que no volverán a Belorado, han sido unas marionetas en manos de la exabadesa, Laura García de Viedma. Lamentablemente, para los supuestos cura y obispo, los dos han sido una mercancía de usar y tirar.
Las cuestiones espirituales, secundarias
Y las audiencias han picado en el anzuelo. Todos los medios, que de una u otra manera han seguido con atención las maniobras de García de Viedma, Ceacero y Rojas, tienen (tenemos) el tiro errado.
Así, ha quedado claro que las cuestiones espirituales son secundarias y que lo que subyace por debajo tiene más de pulso contra la Iglesia por los bienes, que cualquier asunto de índole espiritual. La exabadesa buscó y encontró en Ceacaro y Rojas los anzuelos perfectos para presuntamente maniobrar ella fuera del foco mediático.
Cuando los dos hombres que asesoraban espiritualmente a las exmonjas han quedado retratados por su excéntrica exposición pública defendiendo a las excomulgadas y por sus actividades personales del pasado y de presente, el castillo de naipes se ha derrumbado y las 'bretoneras' los han expulsado y, como ellas mismas han dicho «caminamos libres».
Fuentes jurídicas consultadas por Burgosconecta para intentar aclarar la creación de dos asociaciones civiles, algo que este periódico adelantó el pasado 21 de junio, para transferir el patrimonio de otra entidad (la comunidad de La Bretonera), aseguran que es una «maniobra factible, legalmente es posible», ahora bien, resulta una «irregularidad» en este caso porque «parece que lo que se busca es engordar dos asociaciones con patrimonio de una tercera y desposeerla de la propiedad a la primera».
En resumen, que las cismáticas encabezadas por García de Viedma buscaban poner a nombre de esas asociaciones el convento de Belorado. Por lo tanto, la conclusión es que extrae es que existe «un móvil económico en la operación».
Lerma y sor Verónica
Una vecina de Belorado, que acudía todas las tardes a la misa en el convento, recuerda que hace unos años «alguna monja, que ya no está en Belorado, estuvo en el Arzobispado, denunciando que las cosas no estaban como debían estar, pero no la hicieron ni caso».
Siendo clarisa, Laura García de Viedma era Sor Isabel de la Trinidad. Un religioso que la conoció en Lerma afirmaba que la exabadesa «se quedó muy tocada cuando sor Verónica Berzosa fundó, desde las Clarisas, Iesu Comunio; eso fue un arpón que se le quedó clavado a quien podría estar llamada a liderar su comunidad».
Cuando Iesu Comunio salió de la comunidad de Lerma para La Aguilera, sor Isabel y algunas monjas más «se fueron a Belorado». Pero el liderazgo que pretendía asumir García de Viedma se resintió. Y la entonces religiosa no se resignó a ser una mera hermana más. Ya en Belorado se postuló como abadesa y acabado su servicio pidió una prórroga que terminó en mayo de este año.
La orden de clausura abrió sus puertas con ella. Se expuso ante el mundo. Alcanzó fama internacional por sus exquisitos y refinados chocolates. El éxito de sus trufas hizo qe la comunidad fuera conocida en toda España «y qué malo es cuando el éxito se sube a la cabeza», lamenta este religioso.
Una cuaresma extendida
Este tiempo ha sido una cuaresma extendida para monseñor Iceta, que no parece que vaya a acabar con una resurrección y, mucho menos, con un pentecostés glorioso, al menos a corto plazo. El soplo del Espíritu Santo esta vez no ha ido bien.
La conducta de monseñor Mario Iceta ha intentado ser comedida y dialogante. El arzobispo de Burgos ha tenido la mano tendida a la abadesa; ha prorrogado los plazos; ha hablado de misericordia y la ha aplicado. Ha restado importancia a los insultos proferidos por Ceacero, Rojas y las bretoneras y ha perdonado.
Llamada a la Iglesia
Este tsunami de acontecimientos es una «llamada de atención» a la Iglesia, asegura un religioso burgalés que prefiere quedar en el anonimato. Cree que lo ocurrido en Belorado «es la consecuencia muchas causas; no es algo aislado», subraya. Mantiene que el principal problema del que ha surgido todo esto es económico, pero «hay más causas».
Desde la Iglesia se tiene a las comunidades de religiosas «abandonadas», dice, porque están en «otra esfera y nunca se piensa que se van a marchar de tal o cual convento; las tienen cosiendo ropa para los clérigos, haciendo dulces, trabajando la tierra, pero la atención de la Iglesia, no de sus capellanes que son ejemplares, es mejorable», apunta.
Otro sacerdote, que ha tenido responsabilidades en el gobierno de la Iglesia y que conoce a capellanes y a las congregaciones, responde que el cisma es una «consecuencia de algunas predicaciones poco rigurosas con el Magisterio de la Iglesia» que apuntan a ritos y a celebraciones «liberales».