"Estamos apuradas", dicen, incapaces de pagar las facturas del tejado que hundió 'Filomena' Monjas a la intemperie: SOS desde el Convento de las Jerónimas de Toledo
Dos años y tres meses después de la profunda borrasca Filomena, que dejó media España helada y la otra media tiritando, la madre Visitación no ha dejado de pensar en ella ni un solo día. A punto de matar a dos de sus monjas tras hundirse por el peso de la nieve una parte del tejado del Convento de las Jerónimas de San Pablo, en Toledo, siguen a la intemperie
El presupuesto inicial estaba en torno a los 35.000 euros. En cuanto los operarios comenzaron su trabajo, se dieron cuenta de que la faena iba a ser mucho mayor… Y también el presupuesto. “Descubrieron que todas las vigas del techo estaban mal, podridas y comidas por la carcoma, así que el gasto es superior a nuestras posibilidades y fuerzas, ya que sube casi hasta 100.000 mil euros y con nuestro trabajo de costura no lo podemos afrontar”
“Las personas o empresas interesadas en ayudarnos pueden ponerse en contacto con el convento en el teléfono 925 22 40 42 y en el 602493601. O aportando a la cuenta número IBAN - ES 44-0049-2604-43-149087-0284 a nombre de Religiosas Jerónimas de San Pablo
“Las personas o empresas interesadas en ayudarnos pueden ponerse en contacto con el convento en el teléfono 925 22 40 42 y en el 602493601. O aportando a la cuenta número IBAN - ES 44-0049-2604-43-149087-0284 a nombre de Religiosas Jerónimas de San Pablo
Dos años y tres meses después de la profunda borrasca Filomena, que dejó media España helada y la otra media tiritando, la madre Visitación no ha dejado de pensar en ella ni un solo día. A punto de matar a dos de sus monjas tras hundirse por el peso de la nieve una parte del tejado del Convento de las Jerónimas de San Pablo, en Toledo, siguen a la intemperie.
Durante seis meses vivieron con el tejado hundido en un edificio de 3.000 metros cuadrados con tanta historia a sus espaldas como achaques precisamente por el paso de la misma sobre sus paredes. Lo pudieron comprobar cuando no les quedó más remedio que acometer los arreglos imprescindibles y una vez que contaron con una pequeña cantidad de dinero para afrontar su coste. Por supuesto, insuficiente.
El presupuesto inicial estaba en torno a los 35.000 euros. En cuanto los operarios comenzaron su trabajo, se dieron cuenta de que la faena iba a ser mucho mayor… Y también el presupuesto. “Descubrieron que todas las vigas del techo estaban mal, podridas y comidas por la carcoma, así que el gasto es superior a nuestras posibilidades y fuerzas, ya que sube casi hasta 100.000 mil euros y con nuestro trabajo de costura no lo podemos afrontar”, señala a Religión Digital la Madre Visitación, la priora del convento.
No es la única reforma que debieran acometer en un edificio histórico y por tanto protegido, “pero esto es lo más urgente”. De las doce hermanas que viven en la comunidad (la mayor, de 93 años, la menor, de 48), dos de ellas tuvieron que ser trasladas a otras dependencias ante el estado en que quedaron sus celdas. También se ha visto afectado el taller, lugar indispensable para sus sustento, pues en él realizan las labores de costura (fundamentalmente los seis primeros meses del año con el ropaje para las cofradías para la Semana Santa o el Corpus), y que apenas les va dando para llegar a fin de mes. De hecho, son usuarias habituales del Banco de Alimentos.
“Estamos apuradas”, reconoce con toda la dignidad del mundo en la voz Madre Visitación. “A veces pasamos apuros económicos. De enero a junio vamos tirando, pero luego sí que vamos apuradas”. Claro que son un alivio los 700 euros que recibe cada una de las tres hermanas por su pensión de jubilación. Pero con idéntica rapidez salen de la mermada hucha 280 euros de cotización por cada una de las restantes nueve hermanas… Más luego los gastos corrientes: luz, agua, medicinas, comida… Unos seis mil euros mensuales”, reconoce la priora, una religiosa que llegó de Kerala, en la India, hace 30 años.
"Hambre no pasamos..."
“Hambre no pasamos”, reconoce, aunque tiene muy frescas las dificultades que sufrió toda la comunidad durante la pandemia. “No tuvimos ningún trabajo que hacer, estaba todo parado y no había nada de ingresos. Pero la gente y algunos bienhechores nos ayudan y nos traían comida”, recuerda.
La pandemia pasó, pero las dificultades se han quedado instaladas en el convento, afectando de manera importante a toda la comunidad. Ahora se les amontonan las facturas impagadas por las obras que no han tenido más remedio que acometer para dejar de estar a la intemperie, y aunque van a recibir unas ayudas públicas al tratarse de un edificio histórico, sólo cubren un 30% del presupuesto. Por eso, desde la clausura lanzan al exterior un grito de auxilio, un SOS: “Estamos apuradas”.
Y un ruego: “Las personas o empresas interesadas en ayudarnos pueden ponerse en contacto con el convento en el teléfono 925 22 40 42 y en el 602493601. O aportando a la cuenta número IBAN - ES 44-0049-2604-43-149087-0284 a nombre de Religiosas Jerónimas de San Pablo”.
“Confiamos en su buen corazón, y esperamos su colaboración en lo que puedan”, señala Madre Visitación. Dicho queda.
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