"Lúcida, osada, Pilar fue presidenta de las Mujeres de Acción Católica de España y auditora en el Concilio Vaticano II" Antonio Aradillas: "Beatificación de Pilar Bellosillo, una feliz propuesta"

Por aquello de la más que dudosa legitimidad “paulina” del “punto en boca” y del obligatorio uso del velo –burka de la mujer “para no ser tentación para el hombre”, y por lo del principio básico de que Eva, por Eva, es decir, la mujer, es por naturaleza y por casi dogma de fe, “pecado”, el pasado y el presente para el ex-devoto sexo femenino en la Iglesia no fueron lo que se dice optimistas. Todo lo contrario. El futuro está por venir y con honradez hay que reconocer que aparece con rasgos más sobrellevaderos y justos.

Y entre datos y signos recientes, además de los sinodales y amazónicos, con excepción todavía de algunas circunstancias y limitaciones, destacan las “Jornadas de Apostolado Seglar de Acción Católica”, con la presencia de Mons. Argüello, obispo Secretario de la Conferencia Episcopal Española, celebradas en la Casa de la Iglesia, los pasados días 26-27,

Las mismas preparan el Congreso de Laicos del año 2020 y en la ponencia “Iglesia y Sociedad”, María Teresa Compte, doctora en Teología por la Universidad de Salamanca, pronunció alto, fuerte y veraz, con humildad, humanidad, ternura y sin concesiones a versículos mágicos indescifrables, y a cánones preteridos y superados por el sentido común, adoctrinamientos como este:

“Las mujeres tenemos muchas cosas que decir, y la Iglesia nos debe escuchar. Hemos de abandonar cuanto antes nuestra condición de “sin papeles”en la Iglesia y dejar de ser y de comportarnos de una vez, de que estamos en ella, no porque nos deje estar la jerarquía, o para rellenar huecos. Dentro de la Iglesia hay muchos prejuicios contra nosotras las mujeres…”

Apartado relevante en el planteamiento y ejecución de las referidas jornadas fue el relacionado con el inicio del correspondiente proceso canónico de beatificación de Pilar Bellosillo García-Verde, presidenta que fuera de las Mujeres de Acción Católica de España, antes de serlo de la “Organización Mundial Femenina Católica” –UMOFC-, cuyos estatutos fueran aprobados por el papa Pío IX el año 1913, que integró 27 organizaciones de 17 países , y a la que Pilar se entregó durante trece años (1961-1974), decisivos para la historia y más para la de la mujer y la Iglesia.

En mi condición de Consiliario Nacional de Mujeres de A.C. de España, durante todo un curso y tiempos posteriores, compartí con Pilar, además de algunos riesgos “políticos”, sus afanes y decidida determinación de que “la fe recibida de parte de Dios, desde mi juventud en una familia de ocho hermanos, no es para mí sola, sino una gracia que debo compartir. He de estar, y estuve, siempre a la escucha del Espíritu, por lo que no me dejé doblegar jamás, cuando y en cuanto descubrí ser la voluntad de Dios…”

Lucidez, osadía, elegancia espiritual y de la otra, diálogo dentro y fuera de la Iglesia, reconciliación, comedimiento, audacia, discernimiento, conocimiento encarnado en las realidades temporales y al ritmo de los tiempos, ecumenismo… acompasaron de por vida a Pilar, en fiel sintonía y amistad con Pablo VI, a la que hizo partícipe, como única mujer española, como auditora en el Concilio Vaticano II.

Al frente de la UMOFC promocionó con acierto, esmero y previsión los movimientos de promoción de la mujer en la sociedad, en la familia y en las “Campañas Contra el Hambre en el Mundo” , hoy “Manos Unidas”. Preocupación primordial de Pilar fue así mismo la de la formación social de la mujer –también rural-, mediante la organización e institucionalización de las “Semanas Impacto”, inspirando la redacción por mi parte de mi libro editado por el “Consejo Nacional de Mujeres de A.C. de España” con el título de “Impacto-Meditaciones para militantes” (560 páginas), con prólogo de don Tomás Malagón, entonces Consiliario Nacional de la HOAC.

¡Feliz idea la de beatificar a Pilar, ya invocada por tantos, cristianos o no, y más en el contexto todavía indeciso, inamistoso, e incomprensible, de la mujer, que se vive, dentro y fuera de la Iglesia, en los tiempos tan recios que todavía perduran…!