En los últimos 15 días, han fallecido 13 misioneros por coronavirus El SOS de los saverianos de Parma: "Todos los días muere uno de nosotros"
"Nadie ha venido a ayudarnos, ni siquiera un médico. Por eso decidimos hablar con los medios. Tenemos a 15 seminaristas fuera, no queremos correr el riesgo de que se contagien. Pero necesitamos que alguien venga a salvarnos"
"Estamos solos. Nos enfermamos y morimos. Pero ahora alguien tiene que venir a ayudarnos"
“Han muerto 13 de nosotros en los últimos 15 días. No es normal”. Cada día, un religioso saveriano muere en silencio en la cama de su habitación de la sede internacional de esta congregación misionera en Parma. El coronavirus está diezmando a la orden, que lanza un dramático SOS en conversación con Repubblica.
“Se van rezando entre las sábanas”, confiesa Rosario Giannatasio, superior general de la congregación para misiones en el extranjero. Los hermanos que aún viven en Parma están aislados para no poner en riesgo a los jóvenes postulantes ni al servicio, que también se ha ido. "Estamos solos. La comida nos llega desde un tranvía. Comemos a dos metros de distancia el uno del otro. Oramos. Nos enfermamos y morimos. Pero ahora alguien tiene que venir a ayudarnos", ruega.
"Nos estamos quedando a la mitad"
Y es que, además de los 13 muertos, hay una docena de personas contagiadas. “Nos estamos quedando a la mitad”, lamenta. “No hay oxígeno, no respiran”.
Todo comenzó hace unos días, cuando los primeros sacerdotes comenzaron a sentir malestar. “Después comenzaron a morir. Éramos medio centenar y, si excluimos al personal, generalmente hay cuatro o cinco muertes al año, como mucho seis. Ahora han muerto trece, casi todos aquí. Solo un par lo hicieron en el hospital”, cuenta, desgarrado, el superior de la orden.
Entre los últimos en marcharse, el padre Stefano Coronese (88 años), que siempre ha estado cerca del mundo de los exploradores y el padre Gerardo Caglioni (73 años), conocido por sus misiones en México y Sierra Leona. La larga lista, que se puede consultar en la web de los Javerianos, se completa con los padres Luigi Masseroni, Giuseppe Scintu, Gugliemo Saderi, Giuseppe Rizzi, Piermario Tassi, Vittorio Ferrari, Enrico Di Nicolò, Corrado Stradiotto, Pilade Giuseppe Rossini, Nicola Masi...
La comida, en carretilla
Después de las primeras muertes, la congregación sintió que algo extraño pasaba, y enviaron al personal de servicio a su casa. Sin cocineros, asistentes, trabajadores de limpieza o personal de las oficinas. "Cerramos todo y nos encerramos". En ese momento, se creó un 'lazaretto' entre los pasillos y habitaciones, con una carretilla con elevador para llevar la comida a los hermanos.
"Lo habíamos arreglado entre nosotros, pero la situación ha empeorado”, confiesa. “Ahora necesitamos ayuda, alguien que venga. Hemos escrito al alcalde y a las autoridades. Necesitamos una intervención urgente, porque está claro que el virus circula por la casa”, añade Giannatasio. Y es que, en los últimos días, “nadie ha venido a ayudarnos, ni siquiera un médico. Por eso decidimos hablar con los medios. Tenemos a 15 seminaristas fuera, no queremos correr el riesgo de que se contagien. Pero necesitamos que alguien venga a salvarnos”, concluye.