Continúan las ceremonias por el obispo y poeta español El cuerpo de Casaldàliga llega a la región de su misión
Casaldàliga falleció el sábado a los 92 años en Batatais, una localidad del interior de Sao Paulo, al sudeste del país, al no superar una infección pulmonar. El misionero llevaba años recluido, pues tenía la salud debilitada debido al Parkinson que padecía
Tras el primer funeral su cuerpo embalsamado fue trasladado hacia el Santuario de los Mártires da Caminhada, situado en la localidad de Riberao Cascalheira en el estado de Mato Grosso, en un viaje que duró casi un día entero por tierra
El velatorio de Casaldàliga continuará el martes en la mañana cuando se celebrará una eucaristía en su honor, después de la cual el cuerpo del religioso catalán será trasladado a Sao Félix de Araguaia
El velatorio de Casaldàliga continuará el martes en la mañana cuando se celebrará una eucaristía en su honor, después de la cual el cuerpo del religioso catalán será trasladado a Sao Félix de Araguaia
| RD/Efe
El cuerpo sin vida de Pere Casaldàliga, el religioso español que luchó sin pausa por los derechos de los indígenas y los más necesitados, llegó este lunes al municipio de Ribeirão Cascalheira (centro de Brasil) donde fieles protegidos con máscaras por la COVID-19 le esperaban para el adiós.
Esta es la segunda despedida en Brasil del religioso español, conocido como el "Obispo del pueblo" por su activismo a favor de los indígenas y los más necesitados, y uno de los impulsores de la Teología de la Liberación, corriente que creó polémica en la Curia romana por sus postulados sociales cercanos al marxismo.
Casaldàliga falleció el sábado a los 92 años en Batatais, una localidad del interior de Sao Paulo, al sudeste del país, al no superar una infección pulmonar. El misionero llevaba años recluido, pues tenía la salud debilitada debido al Parkinson que padecía.
En Batatais tuvo la primera despedida la víspera y ese mismo día su cuerpo embalsamado fue trasladado hacia el Santuario de los Mártires da Caminhada, situado en la localidad de Riberao Cascalheira en el estado de Mato Grosso, en un viaje que duró casi un día entero por tierra.
En ese santuario, Casaldàliga presenció hace más de cuarenta años la muerte de un amigo cercano, el padre João Bosco Penido Burnier (1917-1976), asesinado durante la dictadura brasileña (1964-1985), cuando ambos iban a buscar a una mujer que había sido torturada en la sede de la Policía Militar.
Siguiendo los preceptos de Casaldàliga, el velatorio de este lunes ha sido austero. El ataúd fue colocado en el centro de la capilla sobre troncos de madera.
El lugar también fue ornamentado con algunos de los símbolos que caracterizaron la lucha del religioso en esas tierras y su amor por el medio ambiente. Artesanías elaboradas por los indígenas, un sombrero de paja y plantas propias de la región rodeaban el féretro, así como una cruz caída.
El velatorio de Casaldàliga continuará el martes en la mañana cuando se celebrará una eucaristía en su honor, después de la cual el cuerpo del religioso catalán será trasladado a Sao Félix de Araguaia, un humilde y remoto poblado de poco más de 10.000 habitantes, donde era obispo emérito.
Las exequias tendrán lugar el miércoles y su cuerpo será sepultado en el cementerio de los indios Karajás, a orillas del Río Araguaia, como era su deseo.
Este cementerio fue creado en el lugar donde eran arrojados los cuerpos de los campesinos e indígenas que se resistieron a la invasión de sus tierras, un hecho que fue denunciado por el religioso catalán.
Nacido el 16 de febrero de 1928 en el pueblo de Balsareny (provincia de Barcelona), nunca regresó a Cataluña desde que salió de España hace más de 50 años, aunque mantenía lazos con su tierra.