Han vivido un diaconado muy especial, marcado por la pandemia Seis jesuitas españoles se ordenan sacerdotes en la catedral de Valladolid el próximo 26 de junio
La catedral de Valladolid acoge el 26 de junio a las 19:30 h. las próximas ordenaciones de jesuitas en España. Será el cardenal D. Ricardo Blázquez, arzobispo de la diócesis quien les impondrá las manos
Son: Íñigo H. Alcaraz Torres SJ, Antonio F. Bohórquez Colombo SJ, Daniel Cuesta Gómez SJ, Nubar J. Hamparzoumian Herrero-Botas SJ, Álvaro Lobo Arranz SJ e Iñigo Merello Terry SJ.
Han vivido un diaconado atípico, marcado por la pandemia. Su ministerio, que en circunstancias normales hubiera comenzado con bodas o bautizos, se inició con funerales en tanatorios y cementerios. Pero estas circunstancias les han impulsado a valorarlo aún más
A pocos días de su ordenación sacerdotal, y aún en medio de la dificultad, viven este tiempo con alegría y esperanza y lo comparten
Han vivido un diaconado atípico, marcado por la pandemia. Su ministerio, que en circunstancias normales hubiera comenzado con bodas o bautizos, se inició con funerales en tanatorios y cementerios. Pero estas circunstancias les han impulsado a valorarlo aún más
A pocos días de su ordenación sacerdotal, y aún en medio de la dificultad, viven este tiempo con alegría y esperanza y lo comparten
(Jesuitas).- La catedral de Valladolid acoge el 26 de junio a las 19:30 h. las próximas ordenaciones de jesuitas en España. Será el cardenal D. Ricardo Blázquez, arzobispo de la diócesis quien les impondrá las manos a estos seis jesuitas que se ordenaron diáconos en 2020, justo unas semanas antes del confinamiento. Son: Íñigo H. Alcaraz Torres SJ, Antonio F. Bohórquez Colombo SJ, Daniel Cuesta Gómez SJ, Nubar J. Hamparzoumian Herrero-Botas SJ, Álvaro Lobo Arranz SJ e Iñigo Merello Terry SJ.
Han vivido un diaconado atípico, marcado por la pandemia, con más aislamiento del deseado, algunos residiendo fuera de España. Su ministerio, que en circunstancias normales hubiera comenzado con bodas o bautizos, se inició con funerales en tanatorios y cementerios. Pero estas circunstancias les han impulsado a valorarlo aún más.
Nubar Hamparzoumian y Dani Cuesta, son dos de los jesuitas que acudieron durante semanas al crematorio de La Almudena (Madrid) y también en Barcelona para ofrecer responsos por los fallecidos por Covid y acompañar a sus familiares.
Reconocen que el diaconado que habían imaginado era claramente diferente al que han vivido. Pero las nuevas circunstancias, afirma Nubar, “han hecho que ponga a prueba aquello que tanto me atrajo de la Compañía de Jesús: la disponibilidad. No es siempre perfecta, pero por mucho que me guste tener los planes atados, Dios se hace presente -y de manera más sutil pero sólida- más allá de mis programaciones y cálculos”.
“Poco más de un mes después de ser ordenado, todo cambió y empezó a regirse por los ritmos que marcaba la pandemia”, explica Dani Cuesta. “Por un lado, las necesidades acuciantes del inicio hicieron que nuestro servicio consistiera más en consolar desde la fe las tristezas de las personas que en compartir sus alegrías. Por otro, el no poder salir de Roma durante prácticamente un año, ha impedido poder presidir varios matrimonios y bautizos de personas muy queridas”. Como sus compañeros, considera que “pese a la dureza de algunas de estas experiencias, todo ello me ha hecho constatar que nuestra ordenación no es para nosotros ni para nuestros familiares, sino para el Pueblo de Dios”.
Ante su ordenación sacerdotal
A pocos días de su ordenación sacerdotal, y aún en medio de la dificultad, viven este tiempo con alegría y esperanza. “Uno percibe que las personas tienen necesidad de Dios, necesidad de comunidad, necesidad de alguien que los escuche y pueda devolverles una palabra de esperanza y ánimo”, explica Antonio F. Bohórquez, que quiere vivir con intensidad la preparación de este momento.
La ordenación sacerdotal Iñigo Alcaraz la vive como “una llamada a estar atento a quien peor lo pasa, para llevarle también la esperanza del amor de Dios. Allí donde nuestra sociedad solo ve fracaso, involucrarse para participar con los que habitan esas oscuridades y buscar con ellos razones para creer y luchar por la justicia, por el bien. En definitiva, promover la alegría que trae Jesucristo a la vida”.
Son también momentos de nerviosismo. “Por un lado, hay que prestar atención a los detalles accesorios, que en época de Covid se multiplican y por otro lado, a lo más existencial, donde se entremezcla la ilusión con el miedo a equivocarse y con muchos sentimientos encontrados”, cuenta Álvaro Lobo, que considera que el paso al sacerdocio, “en nuestro modo de vida no cambia mucho y, sin embargo, te permite acceder y servir a las personas de un modo diferente, más profundo y más de Dios”.
No todos estos jesuitas tienen claras sus próximas misiones. Iñigo Merello, a pesar de ello, se siente fortalecido con dos herramientas: “La primera es la espiritualidad que he recibido y la segunda la misión común que tenemos de apertura al diálogo con la cultura”. Para él, “los años venideros van a implicar un esfuerzo constante por comprender el cambio vertiginoso del mundo, sus dinamismos y complejidades”. No sabe en qué campo de Misión desarrollará su tarea, pero consciente de los retos cree que “el mundo nos invita hoy a no encerrarse en aquello que da seguridad sino a estar dispuesto a servir, a agradecer, a arriesgar”.
Breves biografías
Antes de entrar en la Compañía de Jesús, la mayoría de ellos cursó estudios universitarios tan diversos como Historia del Arte, Hostelería, Derecho o Enfermería. Algunos mantuvieron en su infancia vinculación directa con la Compañía de Jesús, por ser alumnos de colegios de la orden. Para otros la vinculación llegó en la adolescencia o juventud, en alguna experiencia clave de voluntariado o en comunidades de fe. Para casi todos, el testimonio de otros jesuitas fue esencial para dar su propio paso.
Han dedicado muchos años a la formación y ahora estudian sus últimos cursos de Teología en Madrid, Barcelona, Lovaina y Roma. También han desarrollado labores pastorales diversas: dar clase o ejercer la pastoral en colegios; acompañamiento espiritual a jóvenes; o tareas sociales.
Íñigo H. Alcaraz SJ
Nació en Madrid en 1987 y entró en la Compañía en San Sebastián en 2010. Es licenciado en Derecho y tiene un Diploma en Relaciones Internacionales por la Universidad Pontificia Comillas; estudió el Grado en Filosofía en la Pontificia de Salamanca; ha realizado un Master sobre educación en la Universidad Internacional de la Rioja y el Programa Ejecutivo en Liderazgo e Innovación Social en ESADE. Estudia en Roma los últimos cursos de Teología desde septiembre. Hace pocos meses publicó el libro “Jesuitas que nos inspiran”
Antonio F. Bohórquez SJ
Nació en Sevilla el 29 de octubre de 1987 y entró en la Compañía, en San Sebastián, en 2007. Antes cursó estudios de Derecho en su ciudad natal que concluyó siendo ya jesuita en Madrid. Los estudios de filosofía los realizó en la Universidad Pontificia de Salamanca y estó terminando la licenciatura en Teología en Lovaina (Bélgica). Entre sus destinos ha trabajado en colegios y también en el Servicio Jesuita a Refugiados de Europa, con sede en Bruselas. Siendo adolescente, acudió al santuario de Javier a unas convivencias. Allí, dice, “descubrí al Cristo de la Sonrisa y la vida de San Francisco Javier. Compartir la fe, que descubría ahora de una manera más personal, y ver el ejemplo de un grupo de jesuitas jóvenes que trabajaban juntos, hizo que las preguntas inconexas fueran tomando un sentido que me cuestionaba desde dentro ¿qué hacer con mi vida? ¿Y si te fías y te entregas por entero al Señor? Finalmente, la pregunta ¿Por qué no? Me hizo caer en la cuenta de que lo que tenía delante era una propuesta de felicidad radical”.
Daniel Cuesta SJ
Nació en Segovia el 16 de abril de 1987 y entró en la compañía en San Sebastián en 2007. Ha estudiado un grado en Historia del Arte y otro en Humanidades. Desde septiembre estudia los últimos cursos de Teología en Roma. Ha ejercido labores pastorales en colegios. Tras “La procesión va por dentro”, ha publicado este año “Luces y sombras de la religiosidad popular”. Un paso más para tratar de mostrar lo que la religiosidad popular puede aportar al crecimiento espiritual y la vida de los creyentes y de la Iglesia. Su reflexión nace especialmente a partir de su vivencia y memoria cofrade y su conocimiento del arte y de todo el mundo de las hermandades.
Nubar Hamparzoumian SJ
Nació en Madrid, el 3 de junio de 1987, entró en la Compañía de Jesús en San Sebastián, en 2008. Antes de ello había comenzado estudios de Ingeniería Técnica Forestal, pero tras hacerse jesuita estudió el bienio filosófico, el grado de comunicación audiovisual y un máster de educación. Ahora ultima Teología en Barcelona. Ha ejercido la pastoral en colegios y con jóvenes. Junto a otros compañeros coordina la iniciativa de YouTube Voces SJ, dedicada a “quienes se hagan preguntas y no tengan las cosas siempre claras (…) a quienes intentan seguir el mensaje de Jesús y sientan que están en tierra de nadie”.
Alvaro Lobo SJ
Es natural de Valladolid (1986) y entró en la Compañía en 2011 en San Sebastián. Estudió Enfermería en su ciudad natal; Antropología y Máster en Política y Democracia, en la UNED; realizó el bienio de Filosofía en la Universidad Pontificia de Salamanca; y este curso ha seguido estudiando la Teología en el Centro Sèvres de París. Ha trabajado en pastoral de colegios y en los últimos años ha coordinado el proyecto pastoral “Más que Salud”, para ayudar a través de encuentros, conferencias y libros a dar pistas, proponer intuiciones desde lo ignaciano, para que los sanitarios pueden ejercer su trabajo desde la fe. Para Alvaro Lobo hay dos claves de este proyecto que pueden ayudarles: “La de contemplar; en el hospital se da la situación de saber mirar, porque detrás de cada paciente, enfermedad, hay una vida, alguien que sufre pero que también lucha.
Pero también se puede extrapolar a otras muchas profesiones. Y dos, la de cuidar, lo maravilloso de este verbo. En lo sanitario hay gente muy buena pero que no sabe cuidar y en cambio hay gente que ni sabe leer y sabe cuidar a las personas, porque sabe llegar al centro de ellas”.
Íñigo Merello Terry SJ
Íñigo Merello (El Puerto de Santa María, Cádiz, 1983) entró en el noviciado en San Sebastián en 2009. Tiene el Grand Diplôme Cordon Bleu de cocina y pastelería (París); Grado de filosofía en la Universidad Pontificia de Salamanca (con un año en Heythrop College de Londres); Máster de Espiritualidad Ignaciana en la Universidad de Comillas; donde está estudiando Teología.
En 2015 vivió en La Habana (Cuba) para realizar una de las etapas de formación del jesuita. Allí dedicó su tiempo a labores pastorales como atender, acompañar y dinamizar la pastoral juvenil en la isla. Para él un momento clave para su vocación fue un voluntariado que vivió con los jesuitas en Cuzco (Perú): “Allí logré captar una visión más universal de la misión de la Iglesia. Fue un año donde aprendí principalmente a ampliar la mirada y comprender otras maneras de vivir la vida y experimentar a Dios en la cotidianidad. Fue un tiempo, que, aunque lejos del mundo que había conocido, me sentí en casa, con seguridad de la cercanía de Dios. Fue entonces cuando regresé a España y me encontré con un Dios que desde niño me invitaba a conocerlo, amarlo y seguirlo”.
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